Expertos piden medidas para bajar los niveles de tabaquismo
ideas. Educación desde la niñez, terapias, incentivos para dejar de fumar, aumentos de impuestos y una política de Estado que combata el consumo de tabaco plantean el presidente de la Sociedad de Enfermedades Respiratorias y dirigente latinoamericano.
Un fuerte énfasis en la educación anti tabaco desde temprana edad; estimulaciones para que el fumador se aleje del vicio; terapias medicamentosas a través del sistema público de salud; aumentos de impuestos a los cigarrillos; mejoramiento de las campañas y advertencias sanitarias; pero por sobre todo un trabajo mancomunado entre los profesionales de la salud, los académicos, el ministerio de Salud y los parlamentarios para apoyar una política de Estado que combata decididamente el consumo de tabaco son las recomendaciones surgidas desde el 47° Congreso Chileno de Enfermedades Respiratorias.
El problema es uno de los temas centrales del encuentro que reúne en Valdivia a especialistas de todo el país e invitados extranjeros. No en vano, porque Chile es el país de América Latina con mayor prevalencia de consumo de tabaco, con un 40,6% entre los mayores de 15 años, constituyéndose así en uno de los factores de riesgo de enfermedad y de muerte más importantes. Otro dato preocupante es que las mujeres de entre 13 y 15 años son las más fumadoras del mundo en su rango de edad.
Según datos del Ministerio de Salud, en Chile mueren aproximadamente 16.000 personas al año (46 promedio al día) por enfermedades derivadas del consumo de tabaco, cifra que equivale al 17% de las muertes ocurridas en el país.
A nivel regional, los datos de la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010 indican que el 26.5% de la población mayor de 15 años fuma regularmente, porcentaje que tiene a Los Ríos como la región con menor prevalencia a nivel nacional y lejos del promedio país, que es de 40.6% y a mucha distancia del 48,5% que registra la región de Aysén o el 46,6% de la Metropolitana.
Sin embargo y según información de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, la situación es igual de preocupante, por cuanto los cánceres asociados al tabaco corresponden al 4,8% de todos los cánceres en el trienio 2006-2008, siendo el de pulmón el que representa en magnitud la mayor carga de enfermedad, por la evidencia del impacto directo que el tabaco ejerce sobre este órgano. De hecho, fumar implica un aumento en el riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer, como son los de cavidad oral, faringe, laringe, esófago, páncreas, vejiga y de pelvis renal.
En este escenario, la pregunta es ¿qué hacer? y ¿cómo aprovechar la experiencia de otros países en la lucha contra el consumo de tabaco?
Los doctores Mario Calvo Gil, presidente de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias; y Eduardo Bianco, cardiólogo uruguayo y director en Latinoamérica de la Alianza para el Convenio Marco para el Control del Tabaco; abordaron el problema durante la realización del congreso en Valdivia.
El doctor Calvo aseguró que Chile es uno de los pocos países donde la mujer manifiesta cifras mayores de consumo que el hombre y que la campaña anti-consumo representada por la Ley de Tabaco ha sido más efectiva en el sector masculino.
Paralelamente, señala que también influyen las campañas y publicidad que relacionan el consumo de tabaco con una situación socialmente aceptable y que en el caso del enfoque hacia los jóvenes lo relacionan con mayor madurez y seguridad. Entonces, 'hay una lucha de la campaña antitabáquica, pero también las empresas tabacaleras tienen una campaña de marketing efectiva, que induce fácilmente al adolescente y lo muestra como alguien alegre, victorioso. Ese tipo de mensaje lo han entregado muy bien', asegura.
En este sentido, Mario Calvo agrega que cuando se produce una dependencia del tabaco, 'la necesidad orgánica es mayor que el aspecto intelectual que pueden tomar las personas. Incluso, diferentes pacientes atendidos por médicos, logran dejar el tabaco, pero si ese contacto con el profesional de salud se pierde, fácilmente reinician el hábito. En el fumador que consume más de 10 cigarros al día, hay una dependencia física del tabaco'.
Entonces, en un paciente con dependencia física y que quiere dejar el cigarrillo, lo primero es el estímulo para que paulatinamente abandone el hábito de fumar y luego la aplicación de una terapia medicamentosa. 'Hay buenos fármacos anti tabaco, pero lamentablemente aún no los tenemos en el Servicio de Salud', señala el doctor Calvo.
Aquí, en la fase previa, el facultativo y docente de la Uach manifiesta que es necesaria una estrategia que convenza al escolar acerca de los daños que produce el tabaco y lo grave de que se transformen en consumidores dependientes. 'Hay que convencerlos y esta debe ser una política de Estado en la cual estén todos involucrados. 'Es responsabilidad de la sociedad científica elaborar informes, entregarlos a los legisladores y luego convencerlos, de que tal como se debe enseñar educación sexual, se debe hacer igual con una educación anti tabaco y anti drogas en la etapa escolar'.
¿Y la Ley del Tabaco? 'Es buena, pero hubiésemos querido que sea más estricta. Entendemos que en todas estas situaciones sociales también hay otras fuerzas que tratan de impedir la aplicación, pero pensamos que una buena ley anti tabaco debe incluir la prohibición de fumar incluso en los espacios públicos no techados', reafirma el doctor Calvo.
EXPERIENCIA URUGUAYA
El cardiólogo uruguayo Eduardo Bianco recordó que en 2006, su país se transformó en el primero de Latinoamérica 'libre de humo de tabaco, cuando se prohibió fumar en todo lugar de trabajo cerrado y lugares públicos cerrados, lo que parecía imposible en Uruguay, con una prevalencia del consumo del 32% de la población'.
Entonces, además del decreto inicial se sumaron el aumento de los impuestos al cigarrillo, advertencias sanitarias, prohibición de publicidad, campañas de educación y ayuda al fumador. 'Todo esto determinó que cayera la prevalencia de tabaquismo en adultos, de 32% en 2006 a 23,5 en 2011. Y lo más importante: cayó la prevalencia entre los jóvenes, donde teníamos un 30% en 2004-2005 y llegó a 13% en 2011', aseguró.
Agrega que sin embargo, el tema no fue fácil, porque primero hubo una discusión y luego la voluntad política para implementar las medidas anti consumo. Bianco agrega que 'Uruguay tuvo la voluntad política de aplicar las medidas vía decreto y luego se hizo una ley integral. Cuando se aplicó el decreto hubo mucha discusión, de que se violaba la libertad del fumador, que se perderían fuentes de trabajo, pero nada de ello pasó. Estamos haciendo un seguimiento de un grupo de fumadores durante los años 2006, 2008, 2010, 2012 y 2014, que es parte de un estudio internacional con 1.400 personas. En 2006, menos del 50% de esos fumadores aprobaba la prohibición de fumar dentro de los bares y en 2012 fue el 90%. Los propios fumadores fueron entendiendo que era bueno para ellos'.
Un resultado anexo es que la disminución del consumo de tabaco también se tradujo en una disminución de la contaminación ambiental. 'Entre antes y después de la prohibición, cayó en un 90% la contaminación, en un estudio comparativo. Después de Nueva Zelanda, Uruguay pasó a ser el segundo país de los más de 30 estudiados, con mejor nivel de calidad del aire en lugares cerrados. Evaluamos también el impacto sobre la salud cardiovascular y encontramos que bajó en un 22% el ingreso hospitalario por infarto agudo al miocardio, de un mes a otro. Fue una acción de salud pública y ahora estamos estudiando de impacto en la salud respiratoria'.
También los médicos fumadores bajaron: del 27% que fumaba el año 2001, el porcentaje bajó a 9,8% en 2011, agrega el médico uruguayo.