Desde marzo de este año Valdivia tiene un mapa de ruido. Un plano donde están graficados los diferentes niveles de ruido que se escuchan en la ciudad. Gracias a él, se logró comprobar que las zonas con mayor contaminación acústica en la capital regional son aquellas donde hay más tránsito vehicular, como las calles Picarte, Arauco y Chacabuco. Este mapa fue elaborado por el Instituto de Ingeniería Acústica de la Universidad Austral de Chile, como un proyecto impulsado por el Ministerio del Medioambiente.
En Chile también fue creado el mapa de ruido de Santiago y actualmente están siendo elaborados los de Temuco-Padre Las Casas y La Serena-Coquimbo. Hoy el país se encuentra trabajando en generar información ambiental e identificar las zonas con mayor ruido, pero pronto llegará el momento de definir qué métodos se deberán usar no solo para disminuirlo, sino que también para organizar el sonido a través de planes que mejoren la calidad de los espacios públicos.
El docente de la carrera de Ingeniería Acústica de la Uach y director del proyecto encargado de crear el mapa del ruido en Valdivia, Enrique Suárez, explicó que "el desafío es cuidar los lugares que tienen poco ruido, bajar los niveles donde hay mucho -a través de medidas que generalmente son a largo plazo- y complementar este trabajo mediante gestión ambiental -desviando el tránsito vehicular pesado o limitando la velocidad-. Pero ahora se suma algo nuevo, que es trabajar los paisajes sonoros. Lograr que la gente sienta confort donde se encuentra incorporando elementos para que el entorno sonoro sea agradable".
En esa línea y como un anexo al mapa de ruido de Valdivia, la Uach está realizando otras actividades piloto: los expertos están estudiando la percepción del sonido en las áreas verdes. También investigan el paisaje sonoro de la ciudad, con esta información quieren identificar los lugares y sonidos que la gente considera típicos de Valdivia. Además, durante las próximas semanas comenzarán a aplicar una encuesta online sobre ruido ambiental.
Pero en el mundo existen otras ideas y planes aplicados. Sobre ellos habló el experto portugués de la Universidad Técnica de Lisboa, José Luis Bento Coelho, en el XIV Seminario de Acústica Ambiental, realizado como antesala al IX Congreso Iberoamericano de Acústica FIA 2014, que comenzó ayer en Valdivia.
experiencia europea
Desde comienzos de la década de los '90 los países europeos se han preocupado de buscar soluciones a la contaminación acústica. Ellos ya elaboraron sus mapas de ruido -lo que era obligatorio desde 2002- y ahora están implementando sus planes de mitigación y de organización del sonido. José Luis Bento Coelho explicó que "las mediciones son un buen diagnóstico, una buena foto, pero las soluciones son compartidas. En ellas deben estar involucradas las autoridades y especialmente debe existir un diálogo con las de Transporte. Con ellos se pueden tomar medidas como reducir la velocidad en algunas áreas, construir calles con pavimento bajo en ruido o alterar el flujo del tránsito".
Bento Coelho entregó ejemplos de ciudades como Nantes en Francia; Almada en Portugal, Victoria-Gasteiz en España y Salónica en Grecia.
En Almada, por ejemplo, las calles fueron adaptadas para generar más espacio para los peatones, con ello que logró cambiar la sonoridad de la ciudad. Con el aumento de las áreas verdes se establecieron "áreas tranquilas", aquellas que -como aseguró Bento Coelho- permiten el descanso psicológico.
sonidos agradables
También -en ciudades de Grecia- se están realizando estudios en plazas, en las que se está investigando la composición sonora: dónde están los sonidos de la naturaleza, las risas de los niños y el ruido del tránsito. La idea es determinar cuáles son los diseños que permiten potenciar los sonidos agradables y mitigar los ruidos. Estos diseños pueden ser replicados. "Hay plazas pequeñas en Europa donde incluso se han incorporado sonidos artificiales, como la caída de agua", dijo Bento Coelho, quien también agregó: "Es necesario entender que una ciudad debe estar viva, por lo que hay que equilibrar la vivacidad con la tranquilidad. El espacio público es complejo, porque debe haber coherencia entre lo visual, la luz, el sonido y el aroma. La percepción se basa en todas las sensaciones que actúan en conjunto. Además, cada ciudad tiene sonidos propios, que hay que identificar".