Regreso de la educación cívica
Entre las muchas propuestas que el Consejo Presidencial Anticorrupción (también llamado Comisión Engel) entregó a la Presidenta de la República, se cuenta incluir programas de educación cívica y ética en todos los colegios del país, desde el segundo nivel de Transición, hasta Cuarto Medio. Es decir, desde el jardín infantil hasta el egreso escolar.
La Comisión avala esta sugerencia señalando que la formación ciudadana es una habilidad que se adquiere de manera progresiva a lo largo de la vida y que no basta tocarla someramente en algunos ramos o en planes electivos, sino que se requiere incluirla en la Bases Curriculares para los niños y niñas. Luego, el tema debe ser incorporado en los establecimientos educacionales dentro del Proyecto Educativo Institucional (la carta de navegación básica de cada colegio), "de manera integral, transversal y pormenorizada", sugiere la Comisión.
La idea es que todas las personas conozcan con detalle y desde temprana edad lo que significa un comportamiento responsable y correcto respecto de la comunidad en la cual vive. Algo que no se limita solo a cumplir con las leyes, sino a asumir responsabilidades cívicas y ejercer derechos ciudadanos, como la participación.
El espíritu va mucho más allá de entregar nociones básicas sobre cómo funcionan las instituciones o respecto de la actividad electoral; se mira hacia un comportamiento cívico más sólido, informado y, por lo mismo, también más fiscalizador.
Sin duda que esta propuesta debiera gozar de apoyo político transversal y ser implementada con rapidez. De hecho el ministro de Educación señaló ayer que pedirá a los colegios que la incluyan este año.
En Los Ríos, desde la intendencia se ha impulsado un plan de educación cívica vinculada a mostrar la actividad de las instituciones públicas, con visitas de escolares a la distintas reparticiones. Se trata de una experiencia interesante y prácticamente única en el país, que puede servir de base para avanzar en este tema a nivel local.
La Comisión Engel dio en el clavo respecto de una carencia nacional y se puede atender su consejo, sin tener que esperar que una norma lo obligue.