El peligro de las detenciones ciudadanas
El detenido goza, al igual que todo ciudadano, del derecho a ser conducido ante un juez...
Las detenciones ciudadanas en las que un grupo de personas interviene tras la ocurrencia de un delito y castiga al supuesto autor del mismo, han sido noticia en los últimos meses en el país. Frente a ellas es preciso hacer algunas precisiones.
Las detenciones ciudadanas en las que se denosta y/o se ejerce violencia más allá de la necesaria para la aprehensión, no pueden ser admitidas en una sociedad que avanza sin retorno en la democratización de sus normas, procesos, instituciones y dinámicas relacionales, en que la dignidad se hace cada vez más visible y valorable.
El detenido, sea cual fuere la conducta que motivó su aprehensión, goza, al igual que todo ciudadano, del derecho a ser conducido ante un juez, a que éste resuelva si tiene o no responsabilidad y a que se le trate como inocente mientras aquella decisión no sea dictaminada.
No son los directamente afectados ni los ciudadanos en general, los llamados a resolver el conflicto penal por la vía del ajusticiamiento sumario, porque tienen como objeción el que se erigen en juez y parte.
En efecto, con la parcialidad que les da la calidad de víctimas o de avecindados que empatizan con aquellas, manifiestan sus deseos de justicia de modo exacerbado, que conducen fuera de todo proceso racional, muy lejos del control y las garantías que evitan o minimizan el error, que ven al castigo sólo en su dimensión retributiva, en suma, no justician sino ajustician.
Los únicos a decidir si hubo delito, si hay responsables y cuál es la pena justa de haberlos, son los jueces, profesionales del derecho bien preparados, investidos de jurisdicción, dotados de independencia e imparcialidad, que con prudencia y sujetos a un proceso imbuido de resguardos que limitan el error, alejados del escrutinio popular para evitar que sean capturados por las mayorías y siempre sujetos al control de las partes, buscan la verdad al amparo de decisiones debidamente fundadas. Detenciones ciudadanas por delitos flagrantes sí, pero sólo para entregar al detenido a las autoridades, sin ajusticiamientos ni manifestaciones de desprecio a la dignidad del detenido, cuya suerte debe ser entregada a un sistema de justicia penal racional, justo y transparente.
Defensor Regional de Los Ríos
Washington Fernández González