"Proyecto de reforma no reconoce el rol de las universidades regionales"
PLANTEAMIENTOS. Máxima autoridad de la Uach espera cambios en la propuesta, que valoren función pública de los planteles no estatales.
El rector de la Universidad Austral de Chile, dr. Oscar Galindo, asistió el viernes a la reunión del Consejo de Rectores (Cruch) que se realizó en Santiago. Era una sesión habitual, pero en ella, nuevamente, los integrantes rechazaron el protocolo del ministerio sobre el proyecto de Reforma a la Educación Superior, el cual se encuentra en la Comisión respectiva la Cámara de Diputados, a la espera de indicaciones que le permitan avanzar en su trámite legislativo.
La propuesta del Mineduc fue considerada como "ambigua e insuficiente" por los rectores, en palabras del vicepresidente ejecutivo del Cruch, Aldo Valle. Y algunos de los puntos que generan esa calificación están relacionados con la diferenciación que plantea el gobierno entre las universidades estatales y las que no lo son, como la Uach.
En este escenario ¿cuál es la posición de la Universidad Austral? El rector Galindo es claro al respecto: "no compartimos los términos en que está diseñado el proyecto del ministerio. Pensamos que el relato es equivocado, que es excesivamente centralista, que no se reconoce adecuadamente el rol de las universidades regionales y que eso tendrá consecuencias indeseadas".
Y agrega: "como universidad regional pública no estatal, consideramos que el proyecto del Mineduc es decepcionante y esperamos que sea corregido. Pensamos que se debe reconocer la historia y la identidad del sistema de educación superior en Chile: que está constituido por universidades del Estado y por aquellas que sin ser estatales, pertenecen al Consejo de Rectores. Esto es relevante para la Uach, cuyo propósito y sentido fue servir a la educación, la ciencia y el desarrollo cultural del sur austral del país por una decisión ciudadana, también del Ejecutivo y del Congreso. Desde su creación, se aprobó su incorporación al Consejo de Rectores, se decidió el financiamiento público que le correspondía, se estableció el rol y su dependencia directa de la U. de Chile, hasta su autonomía en 1968".
Respaldo
Esa definición de la Uach ha sido difundida, pero ¿cree usted que la situación de la universidad ante la reforma es entendida por la comunidad y sus autoridades?
-La comunidad regional entiende que la UACh juega un rol clave y que si se le afecta en institucionalidad, en políticas públicas o en financiamiento habrá consecuencias negativas para la región y el sur del país.
La comunidad entiende que el sistema de financiamiento para el acceso a estudios de educación superior debe sufrir un cambio importante. No puede subsistir un sistema basado en el pago directo de aranceles elevadísimos y créditos que son una mochila insostenible para los profesionales egresados. Por lo tanto, la comunidad entiende que es importante avanzar en gratuidad en las instituciones que tengan compromiso con la sociedad y el país, que respondan a un mandato ciudadano y que bajo ninguna circunstancia puedan lucrar.
En esta demanda, ¿sienten respaldo de parte de los parlamentarios y autoridades de la región?
-Siento un enorme respaldo de todos los parlamentarios. En la medida de sus posibilidades y espacios de que disponen, han hecho notar que la Uach cumple un rol singular en el sistema de educación superior y que tiene que ser reconocida y valorada en ese sentido. También he sentido el apoyo de las autoridades regionales y municipales: intendente, alcalde, cores y concejales. Ha sido un apoyo espontáneo. Hay un punto coincidente: la Uach y otras, no siendo del Estado, cumplen con la misma responsabilidad que una universidad estatal.
Considerando que una de las áreas destacadas de la UACh es la investigación, ¿se toma en cuenta esa condición o se ubica a todas en un mismo grupo?
-Uno de los grandes problemas del proyecto ingresado es que desconocía los aportes basales a las universidades del Consejo de Rectores.
Es inimaginable un sistema público de educación superior sin un financiamiento basal que permita que las universidades planifiquen a largo plazo, que cumplan su misión y compromiso con los desarrollos científicos, culturales y artísticos de sus comunidades. Eso es consustancial a un sistema público y uno de los grandes problemas del país es la escasez de fondos basales. La mayor parte del financiamiento de las instituciones proviene de los aranceles de los estudiantes. Que la reforma desconocía ese hecho y convertía esos fondos en un instrumento nuevo (Fica: Fondo de Investigación y Creación Artística) tiene implicancias muy serias, porque éste fondo se distribuiría por desempeño, rendimiento o productividad.
Una universidad como la nuestra, que produce una cantidad importante de investigación, con gran cantidad de programas de postgrado y un compromiso con la actividad creativa, artística y cultural, seguramente podría no resultar afectada en su financiamiento por este fondo, pero las consecuencias para el sistema de educación superior y en especial para las universidades regionales serían demoledoras.
Si a las instituciones de zonas extremas y las que hoy tienen un bajo financiamiento basal no se les garantiza el financiamiento mínimo, van a entrar en una grave crisis. Por eso, la idea del Consejo de Rectores es que se repongan los fondos basales y la ministra ha señalado que será uno de los elementos incluidos en las indicaciones. Y además se creará el fondo Fica, que se distribuirá entre todas las instituciones que accedan a la gratuidad. No resuelve el problema, pero es más correcto. Hoy, los fondos basales representan el 15% del financiamiento de las instituciones del Consejo de Rectores.
¿Qué espera entonces?
-Sería deseable y conveniente que la reforma oriente el sistema universitario hacia instituciones con vocación de investigación; que todas las universidades que reciben apoyo del Estado y participan de la gratuidad, tengan la oportunidad de ser instituciones con un grado mayor de complejidad en investigación y creación artística. Lo que no se puede hacer es poner en riesgo a las pocas instituciones de investigación que hay en Chile. Es un despropósito y las consecuencias para el país serían gravísimas. Hay que asegurarse de que las universidades que desarrollan investigación puedan seguir cumpliendo, que existan financiamientos para apoyar esa actividad y que haya un financiamiento concursable por desempeño creciente. El país tiene que incrementar su aporte a la educación superior en ciencia y tecnología, si quiere ser una nación desarrollada. Entendemos que hay restricciones y limitaciones, pero si queremos avanzar en innovación y desarrollo basado en ciencia, hay que invertir más y mejor.
¿Hay unanimidad en el Consejo de Rectores frente a estos temas?
-Hay acuerdo en los temas de fondo: en mantener la importancia del Cruch como referente de la política pública en educación superior; la reposición e incremento de los fondos basales; el fortalecimiento de las instituciones regionales; el incremento de los aportes a quienes reciben menor financiamiento basal y menor aporte fiscal directo; que el sistema único de admisión debe seguir administrándolo el Cruch y participar en él, independiente de que se pueda incorporar el Ministerio de Educación; y que a las universidades del Estado hay que liberarlas de trabas, para que desarrollen una buena gestión.
Pero, hay una materia en la cual no hay acuerdo y en eso nunca vamos a transar: que la Uach, no siendo del Estado, es una universidad pública, porque fue creada para servir a los intereses del país. Es un punto de naturaleza política, que tendrá que tener un espacio para su discusión en el Parlamento, escuchando a los movimientos e instituciones que han hecho del país, lo que hoy es en materia de educación superior. Hay una mirada excesivamente centralista y se olvida que quienes construyeron el sistema de educación superior al sur del Biobío, son dos universidades públicas no estatales: la U. de Concepción y la U. Austral.
¿Siente que la reforma se ha enfocado en aspectos administrativos, dejando de lado la calidad?
-En mi opinión, es así. El fortalecimiento de la calidad ha estado en segundo plano y lo que está en primer plano es la regulación. El proyecto de ley básicamente regula el sistema y se olvida de cosas fundamentales que tienen que ver con la calidad. La estructura curricular, la carrera académica, la investigación y el desarrollo de postgrado son materias claves que están ausentes en el proyecto. La regulación es necesaria e imprescindible, pero los buenos sistemas de educación superior estimulan la productividad, impulsan la calidad, generan asociatividad y redes; y eso se favorece con leyes y reglamentos. Eso es lo que se espera de un proyecto que se propone reformar la educación superior.
¿Cómo se soluciona ese déficit?
-Con un buen proyecto, escuchando a las universidades, los equipos técnicos y los centros de formación técnica con mayor experiencia y tradición. Ha faltado un diálogo adecuado entre quienes deben diseñar los proyectos de ley y las instituciones. Cuando se ingresó el proyecto, el Cruch manifestó su desacuerdo, porque estuvimos meses trabajando con el ministerio y las materias planteadas no estaban incorporadas. No se nos escuchó y se generó un proyecto que nadie puede compartir. Por eso, requerimos que sea modificado y nos alegra que la ministra muestre esa voluntad. Si las indicaciones no apuntan en la dirección que deseamos, seguiremos luchando y trabajando para que se nos escuche.
Local
¿Cómo se ha desarrollado la implementación de la gratuidad en la UACh?
-Es una iniciativa muy valiosa para el sistema de educación pública, porque por primera vez ha logrado incorporar -desde la reforma de 1981- la posibilidad de que un porcentaje de jóvenes que tienen méritos y son de escasos recursos, puedan estudiar sin endeudarse. Sin embargo, que se haya normado mediante glosas presupuestarias, ha significado muchas dificultades.
Pero, uno no debe perder el objetivo: en nuestra universidad, el 50% de los estudiantes está afecto a la gratuidad y en otras es superior. Hay que afinar el proyecto y colocar exigencias académicas. El Consejo de Rectores está normado por un sistema de admisión, pero otras instituciones no lo tienen. Tampoco puede estar el fantasma de que se produzca un desfinanciamiento.
No es el caso de la Uach (ver recuadro), que por mantener durante mucho tiempo aranceles congelados, hoy el financiamiento de la gratuidad equivale al total del arancel. Una política de gratuidad no puede limitar el crecimiento de las instituciones: hoy, la glosa presupuestaria vuelve a incorporar que las universidades que participen de la gratuidad no pueden crecer en su matrícula más allá de un 2,7%. Tampoco puede ocurrir que así como el Crédito con Aval del Estado crece infinitamente, el financiamiento para gratuidad esté limitado en su crecimiento.
Esperamos que en el trámite parlamentario del proyecto, esta materia se incorpore y se elimine esa limitación, no porque tengamos interés en crecer más allá de eso, sino porque no puede existir esa limitación cuando hablamos de fortalecer un sistema público de educación superior. Las instituciones del Consejo de Rectores siempre han tenido limitaciones de financiamiento para crecer y eso afecta la oportunidad de que muchos jóvenes que quieren estudiar en nuestras universidades, no pueden hacerlo porque los cupos no son suficientes. Esperamos que en la ley definitiva no se afecte la autonomía de crecimiento de las instituciones, ni el financiamiento.
"La UACh no ha perdido dinero con la gratuidad"
¿Ha perdido dinero la UACh con la gratuidad?
-No. El arancel regulado es siempre menor al real, pero existe un fondo de compensación que puede ser hasta un 20% sobre el arancel regulado total y nuestra universidad requiere de ese fondo compensatorio un 17%. La UACh no se ha visto afectada. Las afectadas son las instituciones que tienen aranceles muy altos. Esperamos también que el financiamiento por gratuidad y los aranceles regulados se vayan reajustando en el porcentaje que se reajusten nuestros aranceles. También, el proyecto de ley incluye un panel de expertos que definirá los aranceles y si eso se aprueba, entraríamos a un proceso de incertidumbre. Lo que hay que hacer como país es un esfuerzo para financiar bien a las universidades con un gasto no mayor, sino que mejor focalizado. Así, mucho de esta discusión se evitaría. Si focalizáramos el financiamiento en gratuidad, fondos solidarios, becas y evitáramos el financiamiento tan desmedido del Crédito con Aval del Estado, los recursos alcanzan.
Apoyo para los más talentosos
¿El rol de los estudiantes en el proceso de reforma se ha debilitado? ¿Son escuchados o tienen participación? -El rol de los estudiantes, de las comunidades académicas y trabajadores universitarios fue fundamental para que se entendiera qué ocurría con el sistema de educación superior. El CRUCh estaba preocupado, el movimiento estudiantil visibilizó esta materia a nivel nacional y los principios fundamentales planteados deben seguir vigentes: calidad, equidad, evitar el endeudamiento y avanzar en gratuidad. Todos los países tienen sistemas que apoyan a los jóvenes con talento académico. Lamentablemente, en Chile muchos jóvenes se pierden por problemas de financiamiento e inequidad. Los más talentosos, quienes más se esfuerzan y trabajan, deben tener garantizada la oportunidad de acceder a la educación superior y recibir el apoyo que merecen.
"El fortalecimiento de la calidad ha estado en segundo plano y lo que está en primer plano es la regulación".
Oscar Galindo, Rector de la Universidad Austral"
2,7 por ciento es el límite de crecimiento para las matrículas, que establece el proyecto de ley del Gobierno para las universidades que participen de la gratuidad. El CRUCh rechaza la idea.
50 por ciento de los estudiantes de la Universidad Austral recibe gratuidad. Rector plantea que no puede limitarse el crecimiento del financiamiento.
17 de noviembre se realizará la próxima reunión del Consejo de Rectores, en Punta Arenas. Siguen a la espera de que el Ejecutivo dé luz verde a sus propuestas.