"Esta situación deja a universidades como la Uach y la U. de Concepción en un escenario incómodo..."
Temas como la modificación del sistema de financiamiento estudiantil y los criterios para distribución de fondos basales deben ser materia de ley y no de una Ley de Presupuesto, que cambia todos los años. Esa es la posición del rector de la Uach, Oscar Galindo, ante la reciente aprobación de la partida de Educación en el Senado y, dentro de ella, la glosa de gratuidad en la educación superior.
La autoridad reiteró ayer que existe "una política inadecuada" respecto al financiamiento y que las instituciones universitarias requieren de estabilidad.
Galindo agregó que las modificaciones anuales vía glosa presupuestaria generan un nivel de incertidumbre que puede afectar la estabilidad financiera de las instituciones. "Es lo que ocurre ahora y por lo cual manifiesto mi preocupación", señala.
¿Cuál es su posición ante el acuerdo político y su consecuente aprobación?
-El acuerdo tiene varios componentes, porque se acepta la gratuidad en centros de formación técnica e institutos profesionales que cumplan con algunos requisitos. Es una gran noticia y esperamos que sea en instituciones que no desvían recursos a otros fines.
El segundo elemento tiene que ver con la ampliación de la Beca Bicentenario, que hasta ahora se entregaba exclusivamente a instituciones del Consejo de Rectores y se amplía en 3.500 nuevas becas para alumnos nuevos de universidades que no pertenecen al Consejo de Rectores. Uno debe estar de acuerdo con la idea de que los estudiantes reciban mejores beneficios para cursar sus estudios. Sin embargo, decisiones de ese tipo no pueden hacerse solo en el marco de una negociación política, porque lo que se requiere es que cualquier sistema de financiamiento exija a las instituciones responsabilidades similares y si van a acceder nuevas instituciones al sistema de becas del Consejo de Rectores, lo esperable y razonable es que cumplan los mismos requisitos y condiciones que las del Consejo.
El tercer elemento es que se han producido modificaciones en el financiamiento basal de las universidades y aquí hay situaciones preocupantes. Nunca se cumplieron compromisos establecidos, como la disminución del aporte fiscal indirecto, que se daba a las instituciones para matricular a los 27.500 puntajes de la PSU. Nunca estuvimos de acuerdo, porque no nos parece que sea solo la PSU el instrumento de admisión, sino el puntaje ponderado de los estudiantes y la vulnerabilidad; y porque tiende a concentrar los recursos en universidades metropolitanas, produciendo un desequilibrio territorial.
¿Hay compromisos no cumplidos por parte del Ejecutivo?
-El compromiso era que los recursos que tradicionalmente hemos recibido por esa vía (aporte fiscal indirecto) iban a ser transferidos a los fondos basales. Sin embargo, no ocurrió totalmente, sino que solo del orden del 50% para las universidades del G-9 fueron recuperados. El resto se ha perdido y eso es una pésima noticia para las universidades no estatales del Consejo de Rectores.
Un segundo compromiso era que el aporte fiscal directo se iba a incrementar en un 5% durante 10 años. Fue compromiso del gobierno anterior, que se cumplió al menos parcialmente, pero este año por primera vez no se cumplió y, por lo tanto, se ha afectado el financiamiento basal de un conjunto de instituciones. Se creó un fondo nuevo de fortalecimiento de las universidades del Estado y, por primera vez, las universidades no estatales del Consejo no participan de los fondos públicos para fortalecimiento de la educación superior pública, lo cual es preocupante y es una política errada.
¿Siente entonces que hubo discriminación hacia la UACh?
-No usaría esa palabra. Pensamos que es una política errónea, implementada a última hora y con desconocimiento de los principales actores, porque fue resultado de una negociación. No son maneras de hacer políticas públicas para materias tan relevantes, pero nos estamos acostumbrando a que ocurra de esta manera.
¿Qué viene ahora para el Cruch y la Uach?
-Un elemento que este tema ha dejado como lección es que se ha producido una tensión innecesaria al interior del Cruch. Hemos escuchado declaraciones inadecuadas de parte de algunas autoridades y se ha transmitido la sensación de que sufre una crisis, pero más allá de las opiniones desafortunadas de algunos rectores, el Consejo debe mantener su unidad.
La ministra de Educación preside el Consejo de Rectores. Por lo tanto, si va a implementar una política pública, como la modificación a los financiamientos basales, son materias que hay que discutir con transparencia al interior del Consejo. No puede ser una sorpresa, a dos o tres días de la aprobación del presupuesto. Las instituciones del Cruch siempre hemos estado de acuerdo en que las universidades que tienen menor aporte fiscal directo, reciban mejor financiamiento y se les vaya nivelando, pero eso no puede hacerse a costa de otras instituciones. Es lo que sucede en este caso y no podemos estar contentos.
¿Qué puede hacer la Uach?
-Primero, llamo a la tranquilidad a la comunidad universitaria y regional. No es un momento grato para la institución, pero seremos capaces de resolverlo. Invito a académicos y funcionarios a estar alerta a estas situaciones y defender a la Uach, para que siga cumpliendo su rol. Esperamos que se impulse un proceso de reforma real de la educación superior, al menos en institucionalidad, financiamiento y que se fortalezca a las universidades que cumplen una función pública. Vamos a seguir trabajando, hay muchos actores que nos apoyan, como los parlamentarios. Hay un problema de visión respecto al futuro de la educación superior, sobre la cual hay que dar una nota de alerta.
Esta situación deja a universidades como la nuestra y la U. de Concepción (no estatales y de estricta función pública) en medio de un escenario que no suele ser grato, al poner en discusión dos grandes temas, lo estatal y lo privado. Quedamos en una situación incómoda, porque no participamos del nuevo sistema de becas, ni del nuevo sistema de financiamiento para las universidades del Estado y, por lo tanto, se producen acuerdos que impiden que nuestras universidades puedan incidir de manera adecuada.
¿Qué espera, entonces?
-Tenemos que encontrar una solución que permita que nuestras instituciones tengan el espacio que se merecen, de acuerdo con el rol que cumplimos. A las universidades no estatales del Cruch nadie nos va a dar lecciones de cómo aportar al desarrollo de nuestro país.
"A las universidades no estatales del Cruch nadie nos va a dar lecciones de cómo aportar al desarrollo de nuestro país. Lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo...""