Las impactantes imágenes que llegan desde las regiones de O'Higgins y el Maule, mostrando los efectos de los devastadores incendios forestales que sufre esa zona, sin duda que deben activar solidaridad; pero además, reacciones preventivas ante los riesgos locales, más allá de la alerta temprana decretada por la autoridad.
Lo primero que se debe recordar a la comunidad es que los siniestros de este tipo son iniciados por causas humanas. Son descuidos o daños intencionales, que se suman a las características del ambiente (poca humedad, altas temperaturas) y causan tragedias como las que ahora afectan a Pumahue, pero que antes se produjeron en Valparaíso y otros lugares del país.
Al entender ese factor antrópico, se puede difundir mensajes de prevención, especialmente importantes en regiones como la nuestra, que tiene una gran cantidad de superficies forestales nativas y exóticas, además de poblados rodeados de bosques, expuestos a situaciones similares a las observadas y que no cuentan con servicios de emergencia cercanos o de rápida reacción. Los cerros de Corral, las casas que proliferan en las laderas de Niebla-Los Molinos, son ejemplos cercanos a Valdivia que se pueden citar.
En relación a ellos y a otros territorios expuestos, es que se debe reforzar y reiterar consejos básicos, que ayuden a minimizar riesgos en todas las comunas de Los Ríos. Por ejemplo, apagar bien las fogatas (incluso mejor no encenderlas); no arrojar colillas de cigarrillos, ni fósforos al suelo; no botar basuras (menos aún vidrios, botellas o resto de combustibles); evitar usar vehículos motorizados en sectores afectados por sequía; denunciar situaciones sospechosas (teléfonos 130-132-133-134) y mantener una actitud de respeto constante hacia el medio.
También es muy importante multiplicar programas de educación ambiental, para que los jóvenes tomen conciencia del valor del patrimonio natural y colaboren constantemente en su protección.
Todas esas son acciones sencillas, que las personas e instituciones pueden llevar a cabo, para contribuir a la prevención de incendios, cuya ocurrencia es más común en esta época del año, pero que no constituyen solamente un problema estacional.