Ayer fue conmemorado el Día Internacional del Reciclaje. En Los Ríos, como en todo el país, se realizaron actividades en torno a esta temática, que busca disminuir la cantidad de desechos que producen los seres humanos, creando conciencia en torno a la necesidad de consumir menos y reutilizar la mayoría de las cosas antes de botarlas. Básicamente, aplicando la fórmula de las 3R: reducir, reusar y reciclar.
De acuerdo a información entregada por la organización Greenpeace, cada persona produce más de un kilo de basura domiciliaria diaria en Chile y el 80% de la gente no revisa esos desperdicios con conciencia para evitar la contaminación. En parte esto sucede por desconocimiento, pero también por falta de acceso a centros de reciclaje.
En la región, por ejemplo, existen "puntos limpios", relativamente conocidos por la comunidad, donde se puede dejar botellas plásticas y envases de vidrio; pero no hay lugares igualmente visibilizados para recepción de otro tipo de residuos, más allá de las campañas de recolección llevadas adelante por el ministerio de Medioambiente y los municipios.
Pero eso, afortunadamente, debería cambiar con la aplicación de la norma nacional de Responsabilidad Extendida del Productor, que obliga a las empresas a hacerse cargo de los desechos que sus productos provocarán y a fomentar el retiro de ellos, especialmente aceites lubricantes, aparatos electrónicos, baterías, pilas, neumáticos, envases y embalajes.
Claro que para que todo esto funcione es necesaria la educación, la generación de conciencia y el compromiso de cuidar el espacio común que se habita. La idea es que las acciones de reciclaje no sean una actividad esporádica, sino que se incorporen a la vida diaria, desde las decisiones de consumo en adelante. Por ejemplo, preguntarse si un producto es realmente necesario antes de comprarlo, si su embalaje será contaminante o se podrá reutilizar; si se podrá reparar en caso de falla o debe desecharse.
Para hablar de estos temas es que sirven las "fechas temáticas" como el Día Mundial celebrado ayer, pero la idea es que traspase los límites del calendario y se instale en la cotidianidad. Esa es la tarea.