Invisibilización social
Chile hoy vive una transición demográfica innegable: la tasa de nacimientos sigue disminuyendo a la vez que aumenta progresivamente la población mayor de 65 años, un fenómeno que proyecta su profundización para los siguientes años.
El envejecimiento de la población chilena inevitablemente tensiona aún más los debates ciudadanos, políticos e institucionales respecto al sistema de pensiones. Según la Superintendencia de Pensiones, los pensionados por vejez se duplicarán en los próximos cinco años.
El cambio demográfico debe, por tanto, incluirse en las propuestas y reformas previsionales que plantee el próximo gobierno, de manera de dotar a las políticas públicas en este ámbito de una perspectiva de largo plazo, sustentada en lo que es y en lo que será Chile en los próximos 50 años.
Pero junto a aquella mirada proyectiva no podemos olvidar tareas que, tan presentes como pendientes en su implementación, nos obligan a responsabilizarnos colectivamente de los adultos mayores que actualmente viven en duras condiciones de abandono, pobreza, exclusión y, lo que es peor, bajo una cruel invisibilización social.
Por eso la ONU declaró el 15 de junio como el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Según sus estimaciones, entre el 4% y 6% de las personas mayores de todo el mundo han sufrido alguna forma de abuso y maltrato. Cifra alarmante si se considera que la proyección de la población mundial de personas de 60 años o más es de 1.200 millones en 2025, más del doble de los 542 millones que había en 1995. En Chile, hoy este grupo representa casi el 17% de la población.
El cambio demográfico en Chile y el mundo nos impone enormes desafíos institucionales, sociales e individuales. Especialmente en este ámbito, resulta evidente que cualquier trabajo que hoy se realice para avanzar en su protección y promoción es un avance en la construcción de lo que será nuestro futuro.
Marcela Flotts Dir. Escuela de Trabajo Social UAB
Para jardines infantiles
Queremos que todos los niños de nuestro país tengan las mismas oportunidades, por ello a través de un proyecto, queremos dotar a todos los jardines infantiles del país con profesionales de educación diferencial y fonoaudiología, para asistir a menores con Necesidades Educativas Especiales, maximizando su potencial educacional a través de un criterio inclusivo y protector de sus derechos.
Esta idea, sin duda no es algo antojadizo, queremos otorgarle a la educación parvularia pública, espacios aptos que beneficien el aprendizaje y desarrollo integral para todos los alumnos, por ello el Estado debe brindarles el soporte técnico para que puedan desarrollar sus capacidades al máximo.
Actualmente la cantidad de jardines infantiles en Chile ha aumentado, sin embargo, aún persisten desafíos que requieren de acciones gubernamentales que vayan en protección de los menores en etapa preescolar, particularmente de los más vulnerables.
Bernardo Berger Fett Diputado
¿Una muerte anunciada?
Desde antes del retorno a la democracia, vastos sectores de la ciudadanía entendieron la necesidad de constituir un espacio diverso y republicano que permitiera transformarse en una alternativa política amplia, que fuera capaz de dar gobernabilidad y reducir las desigualdades al interior de la sociedad chilena.
Así, en febrero de 1988 se constituyó la Concertación de Partidos por el No, integrada por 17 partidos que representaban gran parte del centro y la izquierda chilena. A casi 30 años, este hito constituye un hecho político inédito en el sistema político chileno.
LHasta 2010, la Concertación gobernó Chile transformándose en la coalición política y electoral más longeva de nuestra República. Según la comunidad internacional, el país se convirtió en un ejemplo a imitar en términos de gobernabilidad, mejorando sus indicadores macroeconómicos, disminuyendo la pobreza y reduciendo las desigualdades.
Sin embargo, esta coalición fue incapaz de avanzar con rapidez en la eliminación de los enclaves y legados autoritarios más simbólicos que persistieron una vez terminada la transición a la democracia en 1990.
Cuando surge la Nueva Mayoría en 2013, hay un claro intento por desmarcarse del legado de la Concertación.
La "retroexcavadora" no solo fue para el legado de Pinochet y Piñera, sino también para la Concertación. La Nueva Mayoría dejó de ser una coalición de centro-izquierda, para transformarse en una de izquierda.
Para muchos, la DC se trasformó en el componente conservador de esta alianza: o se alineaba o se le arrinconaba. Los conflictos entre el PC y la DC se volvieron habituales y el gobierno observó sin intervenir. Los antiguos socios se transformaron en adversarios.
A un año del término del primer gobierno de esta coalición, nos encontramos con dos candidatos presidenciales, sin primarias y la certeza que habrá también dos listas parlamentarias con proyectos políticos distintos. La unidad -otrora principal fortaleza- es parte del pasado.
La Nueva Mayoría agoniza… es la crónica de una muerte anunciada.
Dr. Rodrigo España Dir. Ciencia Política. U. Central