Ingeniero naval desarrolla submarino junto a un equipo multidisciplinario
UACH. El proyecto del vehículo subacuático autónomo considera investigación y pruebas de la plataforma. Su creador es Federico Zilic, quien en octubre cursará un doctorado en Oxford.
Como un "dron submarino" define Federico Zilic al vehículo subacuático autónomo (AUV) que ideó por hobby cuando era estudiante de pregrado de ingeniería naval en la Universidad Austral de Chile. Tras avanzar en las investigaciones y el diseño, esa idea se materializó en una tesis que culminó en 2015.
Pero la investigación no se detuvo sólo con la obtención de su titulo de ingeniero naval, mención arquitectura naval y máquinas marítimas, sino que continuó y dos años más tarde se concretó en el proyecto Fondef de Conicyt VIU15E001, un trabajo inédito en Chile.
El AUV permitirá realizar investigaciones que antes no eran factibles por limitaciones económicas, potenciando así, el desarrollo científico, gubernamental e industrial.
En sus inicios, la iniciativa contó con el apoyo de los proyectos FDI Deeplight y DID N°S2014-3, de la Uach. "La idea detrás de esto es que cualquier usuario, ya sea una entidad de gobierno que quiera hacer fiscalización, un científico que quiera estudiar la variación de un parámetro en una zona o alguien de la industria salmonera que quiera evaluar la disponibilidad de oxigeno en cierta área, lo pueda hacer en forma más barata, lo que conlleva que se pueda realizar más veces", precisó Zilic.
Recoge datos
Las motivaciones para su construcción, fue crear una plataforma no tripulada que sirviera para rescatar datos de entornos marinos. "Funciona como algo que lleva una carga útil, que pueden ser sensores, sonares, cámaras o lo que el usuario quiera; uno lo programa, se echa al agua y el concepto es que va, hace la pega y luego retorna".
Según explica el ingeniero, en su retorno se recupera el dispositivo con los datos, al igual como ocurre con un dron "pero aplicada al entorno marino, lógicamente con dificultades propias del medio".
El AUV es un vehículo autopropulsado que no requiere de ningún tipo de atadura física con superficie para operar. Se limitan únicamente por la capacidad de sus baterías, las que en este caso tienen una duración de aproximadamente 18 horas.
Además, son plataformas en las que se montan sensores y sistemas de procesamiento inteligentes para navegación en el espacio oceánico tridimensional, que operan con medios propios de propulsión siguiendo misiones preprogramadas, con trayectorias que pueden ser fijas o variables, según las órdenes que reciba el dispositivo a través de sus sensores.
Al no tener GPS bajo el agua, la idea de navegación autónoma se sustenta en que mientras se encuentra en superficie toma posición a través de satélite y luego se sumerge. "Con los sensores que tiene adentro, puede ir estimando a través a algoritmos que filtran las señales e integran todos los datos, por lo que con dispositivo incluso, se puede hacer una estimación de donde se encuentra", detalló Zilic.
Multidisciplinario
Actualmente en el proyecto trabajan estudiantes de distintas carreras, quienes desde sus áreas complementan y aportan al trabajo. En ese sentido, Zilic destaca que luego de su tesis, le han seguido otras, las que se han unido, "en un trabajo multidisciplinario bien entretenido, la idea es ver como se va insertando cada posición y especialidad dentro de una idea que va generando un prototipo que ya tiene miras de ser una herramienta útil", enfatizó Federico Zilic.
Fabián Ritter, Álvaro Olmos y Alexssander Cabeza son los tesistas que trabajan actualmente desarrollando el proyecto, quienes son apoyados por los académicos Gonzalo Tampier, Daniel Luhr y Jorge Morales, especialistas en la materia.