Los Ríos es la segunda región del país con más organizaciones de la Sociedad Civil. La primera es La Araucanía, con 28 instituciones de este tipo por cada mil habitantes y luego viene nuestra zona, con 24 entidades por cada mil personas.
El índice es alto, pues la media nacional es de 13, e implica contar con un amplio "tejido social" y de participación ciudadana en acciones de interés comunitario. De hecho entre estas agrupaciones, se cuenta a las juntas vecinales, clubes deportivos, las compañías de bomberos, los grupos de adultos mayores, los colectivos culturales y en general todos los grupos formados por ciudadanos que se reúnen libremente a trabajar por un objetivo compartido y que cumplen con requisitos como personas jurídicas sin fines de lucro.
En Chile son más de 234 mil las entidades de este tipo y ellas, de algún modo, suplen tareas que el Estado no cumple y llegan a sectores vulnerables que el sistema no contempla. Los comités de vivienda y los grupos de defensa del medioambiente, son una muestra de esto.
Además, la Sociedad Civil organizada abre espacios para fortalecer la democracia cotidiana, pues las personas pueden canalizar opiniones e inquietudes a través de ellas, además de sumarse a causas colectivas.
De acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, este tipo de entidades cuenta con alta valoración social, pero requiere de mayor reconocimiento al momento en que las autoridades toman decisiones (que se les escuche y se les haga caso) y también que se les apoye con recursos estatales, pero que no afecten su autonomía y libertad de acción.
Algunos de esos puntos se encuentran también presentes en las propuestas que el Consejo para la Participación Ciudadana y Fortalecimiento de la Sociedad Civil entregó a la Presidenta Bachelet en enero pasado y que busca reformar la actual Ley 20 mil 500; pero que además pide que la participación ciudadana sea reconocida constitucionalmente como un Derecho Humano.
El tema es importante para esta zona, primero por su realidad y luego porque se encuentra cercana la presentación de la Política Regional de Participación Ciudadana, que debería recoger estas inquietudes.