Actividad física
La vejez es una etapa del ciclo vital en la que se debiesen promover transversalmente los beneficios de la actividad física regular, para disminuir muchos de los riesgos físicos, psicológicos y sociales que a menudo acompañan al envejecimiento, dando el salto desde el sedentarismo y la monotonía cotidiana hacia la actividad recreativa y la exploración de nuevos intereses y actividades sociales, culturales o educativas.
Desarrollo personal
El autoconocimiento y desarrollo personal es primordial para que los adultos mayores conozcan las características del proceso de envejecimiento, los cambios que aparecen en esta etapa, tanto a nivel físico, cognitivo, sexual o social, así como los declives y pérdidas. Sin embargo, también entenderá las ganancias y potencialidades que brinda esta etapa, integrando estilos de vida más saludables y optimistas, centrados en su crecimiento integral.
Autonomía de actividades
El nivel de autonomía del adulto mayor en las diversas actividades de la vida cotidiana proporciona una autoevaluación y autopercepción subjetiva más positiva y por ende, una mayor satisfacción frente a la vida, representado por cultivar redes sociales activas, el cuidado permanente por su salud y la capacidad para disfrutar del tiempo libre autónomamente. Por lo tanto, no se deben postergar las actividades ya pactadas, porque así se tendrá una actitud positiva.
Sexualidad plena como desafío
Los diversos cambios fisiológicos, anatómicos y funcionales en los órganos sexuales de los adultos mayores no condicionan obligadamente el cese de la actividad sexual, si no que exigen una adaptación del comportamiento sexual a su nuevo funcionamiento, evitándose así frustraciones y situaciones de ansiedad. Tener esto claro es vital, porque cumple un rol importante para un envejecimiento saludable y pleno.