Luego que el diputado Gabriel Boric reconociera que se encuentra en tratamiento para enfrentar su Trastorno Obsesivo Compulsivo (Toc) han aparecido muchas voces realizando comentarios públicos, especialmente en las redes sociales, que evidencian la falta de información y el gran estigma que las enfermedades relacionadas con la salud mental tienen en Chile. Esa reacción es contradictoria. Más aún si consideramos que nuestro país tiene una de las tasas de depresión, adicciones, incluso de suicidio juvenil más altas del mundo. Un ejemplo es que más del 60% de las licencias médicas están relacionadas con alguna de estas patologías y ellas contribuyen con el 31% de los casos de discapacidad entre personas menores de 59 años.
En Los Ríos, esta causa lidera la presentación de permisos laborales, que en promedio se prolongan por 25 días.
Pero si existe tanta evidencia, entonces ¿por qué la reacción? El mismo Boric dio una respuesta sobre la cual reflexionar: son problemas que no se ven. Están ahí, pero no se hacen evidentes como una herida o un resfrío.
En atención a lo anterior es que se hace necesario hablar al respecto y, desde la situación de una figura conocida, aprender a respetar, prevenir y especialmente comprender que no se trata de situaciones aisladas, sino con componentes biológicos, sociales y culturales muy fuertes.
El año pasado el ministerio de Salud generó el Plan Nacional de Salud Mental 2017-2025, elaborado con amplia participación comunitaria, a través del cual fijó lineamientos para entender el bienestar humano de manera integral. Es decir, atención de salud mental centrada en la persona, su familia o red de apoyo, atendiendo a la realidad que cada quien vive.
Este enfoque implica hablar al respecto en las familias, en los espacios comunitarios y capacitar a una gran cantidad de personas (tanto profesionales del área, como otros actores sociales) para detectar cuando alguien pasa por estos problemas. En especial es preciso poner atención con los niños, niñas y jóvenes, con el entorno en que se desarrollan y las dificultades que enfrentan. La temática valientemente planteada por el diputado Boric permite volver la mirada hacia esta realidad. Es una oportunidad para reflexión y no para críticas que nacen del desconocimiento o el miedo.