30% de escolares ha usado marihuana
Y solamente el 21,1% de los estudiantes de octavo a cuarto medio en Los Ríos cree que es una droga "peligrosa". Se debe activar medidas de prevención, considerando que durante el verano aumenta el uso y el acceso a sustancias adictivas lícitas e ilícitas.
Días atrás fueron dadas a conocer las cifras del Décimo Segundo Estudio Nacional de Consumo de Drogas en Población Escolar 2017 realizado por Senda (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del consumo de Drogas y Alcohol) y llama la atención apreciar que uno de cada tres estudiantes de Los Ríos, entre octavo básico y cuarto medio, reconoce haber consumido marihuana en el último año.
La cifra equivale al 30,3% de los encuestados (el total fueron 19 mil jóvenes) y disminuyó respecto de la medición anterior; sin embargo, la percepción de riesgo se hace cada vez más baja, llegando a que sólo el 21,1% dice que su uso frecuente es peligroso para la salud; algo complejo si se piensa que la opinión frente al alcohol llega a 60% y ante el tabaco es de 84%.
Es una buena noticia saber que la mayoría no consume marihuana; pero es muy serio ver que -al mismo tiempo- no se aprecia el daño que esta droga puede causar, sobre todo a menores de 18 años de edad.
Lamentablemente, la marihuana cuenta en el país y en nuestra región con una aceptación social que crece y también con una disponibilidad que aumenta, de la mano de algunos espacios legales de comercialización (sin contar el microtráfico, por supuesto), lo cual debe activar alertas.
El estudio señala que para el 63,8% de los jóvenes consultados sus padres estarían "extremadamente molestos" si los sorprendieran consumiéndola; mientras que el 36% declara haber recibido un ofrecimiento directo de marihuana durante el último año. Es decir, hay también indicios de relajo en los hogares y facilidad de acceso en el entorno. Por lo mismo, las familias deben adquirir herramientas para la prevención del consumo y los organismos policías deben aumentar esfuerzos para la restricción de la oferta en las calles y poblaciones.
Este tema es preocupante. Y debiera activar decisiones relacionadas con la prevención, especialmente en el verano, considerando que las vacaciones y la multiplicación de actividades masivas permiten que el uso y el acceso a sustancias adictivas lícitas e ilícitas se haga menos complicada.