La Corporación Nacional Forestal (Conaf) fue creada en 1972 y después de un inicio activo con forestación en terrenos erosionados, la detención de dunas en el litoral y la creación y protección de parques y reservas nacionales, fue mutilada por la política económica de fines de los años 70: disminuir el tamaño del Estado para detener y controlar la inflación. Pero, logrado esto, se mantuvo a la Conaf reducida, con atribuciones sólo de fomento y control. No estuvo habilitada para manejar bosques directamente, incluso en las propias reservas nacionales del Estado.
Los bosques nativos, explotados antes por una actividad maderera lucrativa, quedaron luego abandonados a su propia suerte por la falta de rentabilidad privada en la recuperación de su capital maderero, es más, fueron presa de una masa ganadera extensiva y la extracción de lo que quedaba de valor y por supuesto leña que siguió abasteciendo la necesidad energética del centro y sur del país.
Pocos inversionistas extranjeros y escasos chilenos iniciaron un manejo como inversión a futuro, lográndose en 30 años apenas alrededor de 30.000 hectáreas manejadas en todo el país. Sin embargo, existen 14 millones de hectáreas de bosques nativos, en un 50% potencialmente productivas, que requieren recuperación con manejo profesional.
Ya han pasado 40 años desde que se limitó la actividad productiva de la Conaf, y su protagonismo es necesario en el manejo de bosques de baja rentabilidad privada, especialmente con los compromisos que el país ha asumido a nivel internacional.
Por otra parte, debe cambiar su actitud a un sistema de fiscalización moderno, basado en la confianza del manejo profesional privado, que garantice un bosque productivo y vital, sustentable.
Cuando el recurso se daña o se actúa en una forma mal intencionada, entonces esto debiera ser castigado ejemplarmente.
El gremio de los Ingenieros Forestales hemos esperado largamente que el Estado cambie de actitud y cree un Servicio Forestal Nacional moderno y descentralizado para romper la inercia en el mayor recurso forestal de Chile en beneficio de la economía y el bienestar de su población rural y urbana.
Dr. Juan E. Schlatter