Mo Yan y su relación con la tierra natal como recurso narrativo
CONFERENCIA. El narrador chino recibió el Premio Nobel de Literatura en 2012 por «combinar los cuentos populares, la historia y la contemporaneidad con un realismo alucinante». Visitó Valdivia, ciudad donde habló sobre sus inspiraciones y recursos literarios.
"¡Qué bien se come en Chiloé!". El Premio Nobel de Literatura 2012, Mo Yan, el narrador chino que más libros posee traducidos al español, fue invitado a dictar conferencias en tres ciudades de Chile, Santiago, Puerto Montt y Valdivia. Y en la capital de Los Ríos, en el auditorio de la Universidad Santo Tomás, contó una historia excelente, una que permitió a los asistentes y a sus lectores conocer de dónde vienen sus creaciones y cuáles son sus recursos literarios.
Y su relato partió en Chiloé.
El poeta chilote Carlos Trujillo lo invitó a su casa. "Fue la única ocasión de este viaje a América Latina en la que pude entrar a una casa. Esta experiencia es poco común cuando eres un turista. Pude probar muchas comidas que hizo la señora, que es gran cocinera. Descubrí que en cada casa se hacen grandes comidas", expresó. Conoció las leyendas de la isla, pero hubo algo que llamó más su atención.
"La gente de esta isla tiene buen humor. El poeta Carlos Trujillo tiene dos perros. Uno se llama Pablo Neruda y otra Gabriela Mistral. No creo que sea una falta de respeto para los dos premios Nobel de Chile. Al revés, es la pasión por la poesía. Cuando todos los días llama a Pablo y a Gabriela parece que el alma de los poetas se representa en esos perros. En ese sentido, los chinos debemos aprender del poeta chilote. Si en China se asocia a un perro con el nombre de un gran personaje, será fuertemente criticado, pero no es más que una forma de expresar amor", dijo.
También relató que el poeta Carlos Trujillo, después de 20 años de vivir en Estados Unidos, volvió a su tierra natal. Y la tierra natal es importante para Mo Yan, porque es el inicio de su creación literaria. Para él, el proceso de escritura se nutre gracias a tres fases, cuando el escritor deja su tierra natal, cuando regresa a ella y cuando la supera.
Salir de la tierra natal
Mo Yan creció en Gaomi, pueblo rural perteneciente a la provincia de Shandong, en el norte de China. Su verdadero nombre es Guan Moye, pero escogió el nombre literario, Mo Yan, porque significa "No hables". Esa era la recomendación que le hacían sus padres y vecinos desde que era niño, para que cuidara sus palabras. Durante la Revolución Cultural dejó la escuela, cuando solo tenía 12 años. Comenzó a trabajar en la agricultura, la ganadería y en una fábrica.
"Nací y crecí en el campo de China. Debido a la pobreza de la gente y del trabajo no sentí mucho cariño por mi tierra. No solo fue mi caso, muchos jóvenes sentimos rechazo a la tierra natal, tuvimos hambre y nos faltaba la ropa", dijo. Su mayor deseo fue alejarse, por eso constantemente postuló al Servicio Militar desde los 18 años, ya que era la única forma de salir según el estricto sistema familiar chino.
Logró salir a los 21, en 1976. Se enroló en el Ejército Popular de Liberación y fue durante esa época cuando empezó a estudiar literatura y a escribir cuentos. El primero fue publicado en una revista literaria en 1981. Escribió sobre islas y amor, pero el vivía en un llano y no conocía el mar. "Fue un cuento que habla de la vida en una isla. Fue mi escritura, después de muchas consultas y búsqueda de información. Yo pensaba que un escritor que no conoce el mar podía describir uno más grande y amplio, pero muy pronto me llegaron críticas de los lectores diciendo que el mar que escribía no era el mar, que me equivocaba en el tiempo de la subida y la bajada de la marea, alguno me dijo con ironía '¿Acaso creías que el agua de mar es potable?", relató.
"Me encontré con una dificultad sobre cómo seguir en la escritura, así que me volví cada vez más consciente de que hay que volver a la tierra natal", agregó.
Volver a ella
Para volver, no es necesario vivir en esa tierra, aseguró el narrador, si no que hay que escribir sobre experiencias y recuerdos. Llegó a esa conclusión cuando estudiaba en la Academia de Arte y Literatura del Ejército Chino.
"Leí bastante literatura extranjera, incluida la latinoamericana. Por ejemplo, el norteamericano William Faulkner y el colombiano García Márquez, me inspiraron la idea de volver a la tierra natal. Faulkner inventó un condado donde ocurren todas sus narrativas, García Márquez creó Macondo. Así que me di cuenta de que si un escritor quiere ocupar un lugar en la literatura del mundo tiene que crear un lugar característico, aunque sea ficticio, y estar en ese lugar para crear su propio reino literario".
En 1984 comenzó a aparecer en su creación literaria el nombre de su tierra natal, Gaomi, del noreste. Desde ahí casi todas sus creaciones literarias han tenido lugar en ese sitio.
"Siento que una gran multitud de mi pueblo está detrás de mí, para que escriba. Mis experiencias individuales pasaron a mi narrativa; luego las experiencias de mis familiares y parientes. Después, se incorporaron los paisanos de otros pueblos y aldeas; la vida de mis abuelos, las historias de los ancianos, las leyendas, los duendes y espíritus entraron en mi creación". En dos años escribió -durante su tiempo libre- 800 mil caracteres, lo que equivale a mil páginas si se traduce al español.
Cuando escribía, a veces usaba los mismos nombres de sus familiares y vecinos, porque sus personajes están inspirados en gente verdadera y así podía lograr una emoción real. Pensaba que no lo descubrirían, pero cuando su obra se hizo más famosa y cuando "El sorgo rojo" fue adaptado al cine, en 1988, fue sorprendido. "Los vecinos estuvieron molestos y empezaron a buscar a mi padre. Se amontonaban en mi casa para decirle '¡Qué pasa con tu hijo que escribe nuestras historias. Yo estoy vivo pero en su historia estoy muerto!", relató. Dejó esa práctica, para que su padre no pidiera disculpas ni tuviera que regalar vino o cigarros a los aludidos.
Superarla
Las experiencias de una personas son limitadas, por eso hay que extenderse. "Aunque las historias de la gente de la tierra natal sean espléndidas, los recursos son limitados. Un escritor debe entrar en otra etapa, ampliar su tierra natal. Puede trasplantar las historias ocurridas en la extensa biografía nacional y también en el extranjero en su narrativa. También puede trasplantar el paisaje del mundo", aseguró. Por ejemplo, él ha llevado a Gaomi ríos como los del Amazonas, los que ahí no hay.
Y de esa idea de extensión nació una broma. "Tal vez vine a Chile para hurtar recursos literarios. Tal vez los dos perros del amigo poeta que vive en Chiloé pronto entrarán en mi creación literaria".
Su visita a Valdivia
El pasado lunes el Premio Nobel de 2012 estuvo en Valdivia -en el contexto de su primera visita a Chile- para desarrollar dos actividades, gracias a la gestión del Instituto Confucio Santo Tomás. A las 15.30 horas realizó una conferencia en el auditorio de la casa de estudios, la que fue titulada "Mis recursos literarios". Ahí relató historias, contestó preguntas y firmó libros. Durante la tarde se trasladó a la Casa Prochelle I, para participar en una mesa redonda con literatos locales en la Corporación Cultural Municipal.
Sus principales textos traducidos al español y que se pueden encontrar en chile
Sorgo rojo Una novela sobre la familia, el mito y la memoria, en la que fábula e historia se unen para crear una ficción inolvidable. Ambientada en una zona rural, arranca con la invasión japonesa de los años '30, y cuenta cuatro décadas de la historia de China. Muestra a tres generaciones de una familia.
La república del vino El investigador criminal Ding Gou'er tiene que llevar a cabo una misión especial: desenmascara un posible caso de canibalismo en la tierra del vino y los licores. Desde su llegada a este misterioso lugar el vino empaña su mente y se convierte en un gran obstáculo para su investigación.
Grandes pechos y amplias caderas Shangguan Lu, una férrea superviviente que da a luz a ocho niñas hasta conseguir al deseado varón, arriesga su vida en diferentes ocasiones para salvar la de sus hijos y nietos en medio del caos, de las guerras y las penurias de la violenta sociedad china del último siglo.
El suplicio del aroma de sándalo En 1900 una revuelta popular estalla en las obras de la vía férrea que está siendo construida por los alemanes y que atravesará la provincia de Shandong. En torno a Sun Meiniang, la joven más hermosa de la subprefectura de Gaomi, se entrelaza el destino de cuatro hombres.
¡Boom! Dibuja el camino que ha zigzagueado su país, hasta zambullirse en un capitalismo extremo e inhumano. La necesidad del Pueblo de la Matanza de consumir y comercializar carne sin control y sin escrúpulo acompaña el ascenso social de Xiatong Luo y del alcalde del pueblo, el señor Lan.
Rana Rana, obra publicada por Mo Yan y la primera de ellas traducida por Kailas directamente del chino, ha causado una gran polémica en su país. El autor ha ido "a donde nadie más lo ha hecho en China: a demonizar la política del hijo único cuando aún regía en el país", explica el periódico Global Times.
1955 nació en una familia de granjeros, en China, y cuando en 1966 comenzó la Revolución Cultural tuvo que dejar la escuela para trabajar en el campo; a los 18 pasó a una fábrica de algodón.
1976 se alistó en el Ejército Popular de Liberación, las actuales fuerzas armadas de su país, donde empezó a escribir. Fue un ávido lector de Gabriel García Márquez y William Faulkner.
1988 su obra "Sorgo Rojo" fue adaptada al cine. Con esa película rodada por el director Zhang Yimou comenzó a ser ampliamente conocido en occidente.