Sánchez se vistió de "Matador" y llevó a Chile a ganar otra vez a Inglaterra
selección. La Roja venció por 2 a 0 Inglaterra, tal como ocurrió ha-ce 15 años en el mismo estadio con Marcelo Salas de figura.
Lo había dicho el miércoles. En Wembley, la catedral mundial de fútbol, Alexis Sánchez quería marcar ante Inglaterra tal como lo hizo hace 15 años su ídolo de infancia: José Marcelo Salas. Y cumplió, tal como el temuquense en 1998, el tocopillano anotó los dos goles con que Chile venció nuevamente en casa a la poderosa escuadra británica.
El ex Niño Maravilla demostró en Londres en propiedad cuánta razón tenía cuando en abril, cabreado por las críticas de un sector de la prensa española y nacional, le gritó al planeta que él era un "Jugadorazo".
El delantero del Barcelona hizo lo que quiso con los ingleses, tanto cuando jugaba de atacante neto como cuando se recogía para liderar punzantes contragolpes, algo que hizo particularmente bien en el segundo tiempo.
"Lo de Alexis es memorable. Habla de un gran jugador que si sigue este camino seguramente va a hacer un gran Mundial", resumió el técnico nacional Jorge Sampaoli.
El inicio del partido fue duro para los chilenos. Durante los primeros 6 minutos los ingleses tuvieron al menos dos ocasiones para abrir la cuenta, pero la excelente actuación del capitán del equipo, el arquero Claudio Bravo, los dejó con el grito de gol en la boca.
La primera vez que la Roja pudo pasar la mitad de la cancha vino la apertura. Marcelo Díaz la capturó en la zona media y abrió para Mauricio Isla. Su centro generó algunos rebotes, pero los chilenos lograron mantener la pelota y la abrieron hacia la izquierda, donde aparecía Eugenio Mena. Su centro medido cayó entre los centrales blancos y Sánchez metió su cabeza. El gol cambió el rumbo del encuentro. Además de Bravo, crecieron las figuras de los centrales Marcos González y Gary Medel, que contrarrestaron la potencia de una delantera que tenía nombres como Frank Lampard y Wayne Rooney, a quien el propio Sánchez le había declarado en la previa su admiración.
En la segunda fracción, la Roja ganó en control del balón, pero las visitas al pórtico inglés fueron más esporádicas. Sin embargo, los dirigidos por Roy Hodgson no lo hicieron mejor y terminaron chocando con el muro defensivo nacional.
Sampaoli dispuso un segundo tiempo en que Matías Fernández fue reemplazado por Felipe Gutiérrez, y Charles Aránguiz por Carlos Carmona. Aunque al principio ambos tuvieron dificultades, comenzaron a subir progresivamente su nivel y especialmente "Pipe" se convirtió en uno de los valores.
Cuando el partido se iba, Sánchez concretó en el arco todo lo bien que había jugado. El recién ingresado José Pedro Fuenzalida encabezó un último ataque cuando iban 93". "Chapita" hizo la pausa y metió un pase filtrado para la aparición justa de Alexis, quien enfrentó con frialdad a Forster. Cuando el arquero intentaba salir, el tocopillano se la picó y partió a celebrar. Los miles de chilenos que llegaron desde distintos puntos de Europa festejaron y se oían como si fueran locales.
Los jugadores, el cuerpo técnico y los forofos nacionales abandonaron felices el estadio.
"Más allá de las ausencias de Vidal y Valdivia, quedó claro que el equipo tiene argumentos para jugar de igual a igual ante cualquier rival (...) Es muy positivo que los jugadores tengan la convicción de que pueden jugar de la manera en que lo hicieron ante un rival de jerarquía", afirmó Sampaoli.