Que un hijo no pueda ingresar a un colegio es una de las señales más comunes que llevan a los padres a consultar a un fonoaudiólogo. Sin embargo, la participación de los profesionales es fundamental desde el nacimiento y también es determinante en el trabajo interdisciplinario, como por ejemplo, en niños que nacen con síndrome de Down.
El fonoaudiólogo tiene una valoración social que aumenta y con ello su participación en la atención y diagnóstico temprano. "Una de las labores que realizamos como fonoaudiólogos y como profesionales de la salud y educación, es encargarnos de la evaluación e intervención de las patologías de la comunicación y deglución (paso del alimento desde la boca hasta el estómago) a lo largo de toda la vida", indica Magaly Herrera, directora de la carrera de fonoaudiología de la Universidad San Sebastián Sede Valdivia.
La profesional agrega que "la audición es un área en que existe especialización y en la que el fonoaudiólogo participa desde el nacimiento, realizando exámenes auditivos a los niños para detectar, tempranamente, algún tipo de discapacidad auditiva. Si éste es el caso, participamos activamente en la implementación de prótesis auditivas para lograr una integración funcional a la sociedad y apoyar su proceso de aprendizaje. Además, tanto en el caso de niños con alteraciones motoras como parálisis cerebral o, con alteraciones anatómicas, como fisuras velopalatinas, se evalúan y se hacen tratamientos de las dificultades de alimentación y comunicación desde los primeros días de vida".
Vida escolar
Actualmente, por medio de la fonoaudiología se hacen estudios y se avanza en relación al desempeño de los niños en la etapa escolar, algunos vinculados con aspectos del lenguaje oral, para detectar problemas y facilitar la integración en la educación.
Por ello, al iniciar el proceso de escolarización, frente a cualquier dificultad de lenguaje que presente el menor, es recomendable consultar, dado que en muchos de los casos, las educadoras son las primeras en detectar dificultades, y en otras situaciones, son los padres quienes notan pequeñas o grandes diferencias con sus compañeros. "Algunas de las claves para detectar si su hijo necesita consultar al fonoaudiólogo puede ser dificultad para entender instrucciones, dificultad para pronunciar letras, para formar palabras y oraciones, etc.", advierte la profesional de la USS.
El habla
El habla, se considera un área de trabajo del fonoaudiólogo, por lo que en general, cualquier persona, tanto niños como adultos, con trastornos de habla como la disfluencia (tartamudez) pueden trabajar con el fonoaudiólogo para adquirir técnicas para superar y/o manejar sus dificultades.
En el caso de los adultos y adultos mayores, el fonoaudiólogo realiza evaluaciones auditivas para detectar deficiencias y buscar la mejor solución. "En este grupo etario también podemos encontrar dificultades de la comunicación y de la deglución como consecuencia de algún daño neurológico o bien por la edad. Estas dificultades se caracterizan por la pérdida de la capacidad de comunicarse de manera funcional o de alimentarse de manera segura pudiendo provocar incluso la muerte. El fonoaudiólogo es el encargado de evaluar y realizar la intervención que el paciente requiera para lograr una comunicación efectiva, y para lograr una alimentación segura", indica la directora de carrera.
Agrega que "es así, como la fonoaudiología se inserta en diferentes áreas como la motricidad oral, la voz, el lenguaje y la audición, en las que es importante destacar que el fonoaudiólogo no trabaja solo, sino que siempre existe un equipo multidisciplinario que varía, dependiendo de la patología de base que presente el paciente, interviniendo, por ejemplo, profesores, educadoras diferenciales, psicopedagogas, psicólogos, médico especialista (otorrinolaringólogo, neurólogo, geriatra, fisiatra, pediatra), kinesiólogos, terapeutas ocupacionales, nutricionistas, entre otros.