Nueva forma de inyectar insulina
Agencias/P. De Vicenzi
La ciencia genética vuelve a sorprender con un descubrimiento que podría ayudar a combatir una de las enfermedades más comunes y agresivas del mundo y que afecta a las personas que padecen de obesidad: la diabetes tipo 2.
Un reciente estudio realizado por el Broad Institute of Harvard y publicado por la revista Nature Genetics reveló la existencia de una mutación genética que previene la aparición de la enfermedad y que reduce el riesgo en dos terceras partes. Este hallazgo permitiría que las empresas farmacéuticas desarrollen un medicamento que imite los efectos producidos, según el estudio.
La Organización Mundial de la Salud estableció en 2012 que alrededor de 347 millones de personas fueron diagnosticadas con diabetes y se espera que en 2025 la cifra crezca en un 56%. Según estadísticas de la Federación Internacional de la Diabetes entregadas durante el año pasado, Chile es el país con mayor prevalencia para desarrollar la enfermedad, superando a países como Brasil y Venezuela. Estas cifras suponen la urgencia de desarrollar medicamentos para frenar esta enfermedad, que produce daños en diversos órganos del cuerpo y dura toda la vida.
Las entidades encargadas del experimento explican que la mutación destruye un gen utilizado por las células del páncreas donde se crea la insulina y permite que esta sustancia tenga un mayor nivel de retención y que reduzca el almacenamiento de la glucosa en la sangre.
Para realizar este estudio se rastreó el genoma de 150 mil pacientes de diferentes grupos étnicos con niveles de sangre y azúcar normales, pero de edad avanzada y problemas de obesidad, el grupo con más riesgo de tener diabetes tipo 2. Los científicos analizaron las mutaciones genéticas que mantenían los niveles regulares en este grupo de personas. Finalmente, detectaron alteraciones que reducían el riesgo de diabetes en un 65%.
La empresa farmacéutica Pfizer, en conjunto con la compañía de biotecnología Amgen, estarán a cargo de desarrollar fármacos que actúen como la mutación genética. Sin embargo, será un trabajo de largo aliento, de acuerdo a las declaraciones de Timothy Rolph, vicepresidente de Pfizer. El alto ejecutivo advirtió al diario The New York Times que el medicamento podría salir al mercado entre 10 a 20 años más.
La investigación comenzó hace cuatro años, cuando un grupo de genetistas de instituciones académicas y Pfizer decidieron buscar mutaciones de genes que fuesen protectores contra la diabetes.
El resultado fue sorpresivo para los científicos, ya que la misma mutación que protege a las personas de la diabetes tiene el efecto contrario en algunas cepas de ratones. Mientras que en el primer caso se previene la enfermedad, tras la destrucción del gen los roedores sufren de diabetes. Los mismos investigadores explican que el objetivo no está centrado en la disminución de las enfermedades, sino en el por qué aumentan. De este modo se detecta su proveniencia.
Hasta ahora no existirían efectos colaterales para la salud si se aplica el tratamiento. Como el estudio fue aplicado a personas de diferentes etnias, el medicamento para combatir la diabetes podría aplicarse a nivel global. A pesar del tiempo que tardaría la fabricación y comercialización del fármaco, el descubrimiento del gen de la diabetes podría ser el inicio de la cura contra una de las enfermedades crónicas más extendidas en el mundo.
Hace unas semanas, la revista científica Journal of Clinical Endocrinology and Metabolismpublicó la investigación de una nueva forma de tratamiento de la diabetes, que permitiría que los pacientes sólo se inyecten insulina cada dos años. La investigación consistió en la reducción inflamatoria de los tejidos dañados en los islotes pancreáticos que producen insulina. El sérum proteínico ATT tardará dos años en integrarse al tratamiento de la diabetes.