Imaginario para emprender
Director
nacional
Diseño Santo Tomás.
Sentarnos para dar espacio a la imaginación trae consigo un explosivo aumento de alternativas para la solución de un mismo problema y la diversificación de ideas es el primer impacto que genera para los emprendedores y desarrollo de proyectos innovadores.
La idea de construcción de imágenes se entiende desde la premisa de que la imagen es un objeto sensible y como tal, todos sus componentes estructurales y fundamentales se pueden determinar y procesar a partir de la luz, forma y espacio.
La experiencia humana en el reconocimiento de las diversas manifestaciones de la realidad tiene un amplio desarrollo, muchos de sus aspectos son producto de una transmisión a nivel genético y perceptual, muchas de estas interpretaciones son percepción de la realidad y responden a una respuesta emocional. Cada cultura, familia y finalmente cada individuo crea y desarrolla un complejo interpretativo, por lo cual nuestra interpretación de "la realidad" en gran medida está predeterminada por nuestro territorio, entorno familiar y nuestras propias interpretaciones de la vida.
Para despertar y diseñar un imaginario es necesario "parar, hacer una pausa" y dejar que nuestros sentidos funcionen, conversen… y se recreen con la imaginación y experiencia de vida, permitiendo interpretar los mensajes que a diario recibimos de nuestro entorno y que la mayoría de las veces pasan sin ser observados.
Imaginar para crear es reproducir un aspecto especifico y particular de la realidad, mecanismo propio de la naturaleza humana, inmediato y contingente que se despliega y percibe, validándose y constituyéndose en una búsqueda sin límites, donde el imaginario activa la emoción y recoge cuidadosamente los sentidos recuperando para la conciencia la originalidad y el contacto sensible con el mundo… dejar que nuestros sentidos funcionen, conversen. Un ejercicio que bien vale la pena.