Gerardo Pavez Vargas
La falta de médicos en el Centro de Salud Familiar (Cesfam) de la localidad de Coñaripe, en la comuna de Panguipulli, provocó que los vecinos, se tomaran ayer el recinto en demanda de una solución a la problemática que enfrentan.
Fueron cerca de 50 los habitantes del sector quienes desde muy temprano se apostaron ayer en el lugar, exigiendo la llegada del alcalde y de representantes de la autoridad sanitaria, para denunciar los hechos y a dar a conocer una serie de falencias que dañan su calidad de vida.
Durante el día lograron reuniones con el alcalde René Aravena de Panguipulli y con representantes del Servicio de Salud, pero los pobladores no depusieron su protesta. Continuará hoy, a la espera de la visita del seremi del ramo, Guillermo Ramírez. "No queremos más soluciones de parche, sino una respuesta seria", dijo Sergio Sandoval, uno de los dirigentes a cargo del movimiento.
Durante la jornada entregaron sus testimonios algunas personas que han sido directamente afectadas por este problema. Una de ellas fue Marta Vergara, quien aseguró que su esposo falleció el pasado 22 de abril debido a la falta de un doctor y a que la ambulancia se demoró mucho en realizar el traslado a Panguipulli.
"Fue por la falta de ambulancia, porque el chofer vive a 7 kilómetros de Coñaripe y entre que lo llaman, sale con su vehículo y llega acá, se pierde mucho tiempo, por lo que hubo que sacar a mi marido en un vehículo particular a Panguipulli, porque acá tampoco había un médico de turno ni nada y la doctora allá nos dijo que falleció en el camino. Entonces, si esto me pasó a mí, le puede pasar a otra persona".
A ella se sumó el relato de Norma Reucán, quien manifestó que "en 2011 llegué al consultorio con síntomas de pérdida, con cuatro meses de embarazo. En el consultorio me dijeron que estaba todo bien y que vuelva a mi casa. Al día siguiente volví con más sangrado e insistieron en que estaba todo bien. Finalmente, a las dos de la madrugada llegué de nuevo al consultorio y de ahí me derivaron a Panguipulli, donde me dijeron que mi hijo llevaba dos días muerto en mi vientre".
La mujer añadió que "estas cosas pasan porque acá llegan sólo estudiantes en práctica, que llegan a hacer experimentos con nosotros y cuando ya aprenden bien, se van".
Quien también sufrió una mala experiencia en el lugar fue Nisa Arcos, quien contó que "el 2 de abril en la madrugada llegué al consultorio con un aborto retenido, con mucho sangrado. Fui atendida en la urgencia por la paramédico, que me atendió súper mal (...) y o único que le preocupaba era que no le ensuciara el piso. Recuerdo que se contactó con una persona que le dijo que yo tenía que esperar hasta las ocho de la mañana para que me atiendan. Yo estaba toda ensangrentada y no me prestaron ningún apoyo, sólo me dieron una bolsa de basura y un apósito (para cubrir y proteger la herida). Ni siquiera me limpió, ni nada. Me tuvieron que trasladar de forma particular a Villarrica, donde me hicieron una operación de urgencia. Para mí como mujer, fue denigrante que no me ayudaran".
Al respecto, Sergio Sandoval, vocero del movimiento, manifestó que "la gente de nuestra comunidad está muy agotada, indignada por la situación del consultorio. Estamos en un sector muy apartado y sin médico. Nos corresponden dos médicos y no tenemos ninguno, esto se arrastra hace tres años más o menos". Sandoval aseveró que "el único médico con que contamos es el general de zona, que lo provee el Servicio de Salud, pero la Corporación Municipal no se hace cargo del otro médico. En este minuto, la doctora general de zona está con prenatal y estamos sin médico desde el viernes".
Añadió que "es por esto que el Cesfam está inoperante. Coñaripe es una comunidad muy pacífica, pero esta vez nos estamos movilizando, porque es una situación límite, muy grave para nosotros", dijo.