Una vez más se ha alejado la posibilidad de que la región, o derechamente la ciudad de Valdivia, cuente con un recinto deportivo de las características de los estadios que se han construido con recursos fiscales a lo largo del país durante los últimos diez años, en un programa que seguirá en otras ciudades, de acuerdo al mensaje presidencial del miércoles último.

Al parecer, será necesario que las representaciones de la región sean capaces de llegar a las más instancias competitivas para demostrar que un estadio es una necesidad real para la zona. En otras palabras, mientras Deportes Valdivia no logre ascender al campeonato de Primera B, por lo menos, la ciudad no será considerada en los planes de construcción de un estadio de primer nivel, como se ha anunciado para las ciudades de San Felipe o La Calera, de larga permanencia en el fútbol efectivamente profesional, a las que se suma Los Ángeles, que vivía una situación similar a la de la capital de Los Ríos, pero que ha logrado un ascenso que en el caso de Valdivia se observa como mucho más complicado, por varias razones, entre las que resalta el factor financiero. Ahí sorprende que se incluya a Ovalle, que deportivamente está como Valdivia.

Se puede argumentar, en caso de mantener en pie la opción valdiviana, que en todos esos casos se trata de ciudades que no son capitales regionales, que en primera instancia fue una de las condiciones para optar a un recinto moderno, lo que con el tiempo ha ido quedando de lado, para privilegiar la situación deportiva de las postulantes.

Bajo este esquema, sin embargo, se confirma que Los Ríos va a seguir siendo la única región sin estadio con estándares Fifa, además de Aysén y Magallanes, donde nunca ha habido fútbol profesional por razones de distancia y factores climáticos.

Sigue pendiente, por lo tanto, la tarea para las autoridades y representantes de la región de llevar al nivel central la iniciativa en cuanto sea posible.

Los fundamentos de este anhelo de la comunidad valdiviana han sido suficientemente detallados como para reiterarlos nuevamente.

El viernes 16 de mayo participé en el Segundo Consejo Territorial para la Región Modelo, convocado por nuestro intendente. De hecho, asisto a los eventos organizados por el gobierno regional desde 2007, cuando la región se constituyó, y observo que las ideas fuerza se mantienen: descentralización, innovación y emprendimiento, calidad de vida, accesibilidad, reducción de la pobreza y equilibrio territorial, entre otras. Cada encuentro supone una instancia para profundizar en las prioridades de los actores relevantes y la ciudadanía; pero, por otro lado, pareciera que la región se estancara en la fase de diagnóstico. No obstante, los ejercicios de estrategia y construcción de visiones, permiten incorporar nuevos conceptos y sensibilidades.

Para soñar con un país distinto, debemos partir con hacer las trasformaciones que nos permitan contar con una educación que no lucre, no segregue a nuestros estudiantes por el capital cultural y económico que tengan sus padres y que elimine el financiamiento compartido, porque la educación es un derecho y no un privilegio.

La Presidenta Bachelet y el ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre, firmaron los proyectos de ley de la nueva institucionalidad para la educación parvularia, destinada a normal, fiscalizar, evaluar y apoyar los procesos pedagógicos de este primer nivel educativo. Además, se presentó el proyecto que pone fin al lucro, a la selección y al financiamiento compartido en el sistema escolar. Ambos proyectos apuntan específicamente a eliminar la desigualdad que nuestro país adolece. Estamos ante una gran tarea: es el primer paso para esta Gran Reforma Educacional.

Para que la generación de igualdad de oportunidades educativas se de desde la cuna, la nueva institucionalidad de la Educación Parvularia destaca por concretar un sistema más eficiente que asegurará el buen funcionamiento de los jardines infantiles y salas cunas a través de la Subsecretaría de Educación Parvularia. Además, se creará la Intendencia de la Educación Parvularia, que bajo el alero de la Superintendencia de Educación Escolar, fiscalizará el correcto funcionamiento de los recintos dedicados a la educación Parvularia. Esto se suma a la construcción de 4 mil 500 nuevas salas cunas que aportarán con 90 mil nuevos cupos para niños menores de 2 años. Asimismo, se habilitarán 1.200 nuevas salas en jardines infantiles que permitirán la incorporación de 34 mil menores a la enseñanza inicial. Son buenas noticias que nos permitirá ir equiparando la cancha hacia la educación básica y secundaria, donde nuestro foco está centrado en terminar con el copago, con la selección y poner fin al lucro en todos los establecimientos escolares que reciban aportes públicos. El detalle de cómo lograremos estas medidas lo iremos dando a conocer en reuniones con los estudiantes, padres y apoderados; en encuentros con los sostenedores, profesores y asistentes de la educación; en jornadas con toda la comunidad escolar y también más allá de las salas de clases, porque la sociedad en su conjunto debe conocer y participar en los proyectos que hoy hemos presentado para el debate en el Congreso.

El proyecto no busca terminar con los colegios particulares subvencionados. Como gobierno garantizamos el carácter mixto de la provisión educacional (pública y privada) con un marco más exigente de regulación y fiscalización que fortalece la libertad de todas las familias para elegir la educación de sus hijos.