Anuncios sobre campamentos
Hace exactamente diez años, el entonces intendente de la región de Los Lagos Patricio Vallespin (hoy diputado), anunció el término de los campamentos de la ciudad de Valdivia. Lo hizo en medio de una visita a la zona, afectada por temporales, que habían dejado al descubierto una cruda realidad de pobreza local. Dijo que habría una inversión de 4 mil 400 millones de pesos, para solucionar en un plazo de 2 años el problema de 600 familias y que se haría a través del Programa Chile Barrio del ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Hace cuatro años, en 2012, el entonces delegado presidencial, Felipe Kast, realizó en Valdivia un anuncio similar: en dos años se cerrarían completamente los campamentos locales a través de un Plan Integral, que no solo solucionaría el problema en Los Ríos, sino para 27 mil familias en todo Chile.
Ninguno de esos anuncios se cumplió. Ni las palabras de Vallespín, ni las de Kast resultaron ciertas y hoy la región enfrenta una realidad más o menos similar a la de una década atrás, con 18 asentamientos precarios identificados y otros cinco emergentes en distintos sectores. En total, casi mil 200 familias, que viven en casas sin servicios básicos y en pobreza extrema.
¿Qué ha pasado en este tiempo, dónde han estado las trabas y los problemas que no permiten salir de esta situación tan compleja?
Trámites oficiales no realizados o efectuados con errores; cálculos de costos equivocados; falta de terrenos y compra de ellos en lugares inadecuados (Collico); intervención de Egis que no completaron su labor. Todas esas han sido las razones esbozadas por las autoridades cuando se pregunta públicamente por el tema o cuando éste vuelve a la agenda por la protesta de los vecinos, cansados de organizarse y esperar una solución.
Sin duda se trata de causas atendibles desde la lógica burocrática, pero que se tornan incomprensibles para las personas normales, ajenas a las conveniencias o fuerzas políticas que mueven las decisiones.
Lamentablemente, aquí hay una prueba más de los años y los gobiernos pasan, pero los problemas quedan.