Enseñanzas en el Mes del Corazón
Por intermedio de todos los medios a su alcance se desarrollan las campañas de prevención de los diversos males que afectan a una sociedad como la nuestra, especialmente en lo que se refiere a la salud, donde la participación ciudadana se hace fundamental si se desea que esas iniciativas lleguen a buen puerto y no se conviertan en letra muerta en cuanto son planteadas.
A nivel mundial, agosto se ha convertido en el Mes del Corazón, lo que significa un llamado a tener un especial cuidado con los problemas cardíacos, que en nuestro país significan nada menos que 45 fallecimientos diarios y que en la Región de Los Ríos constituyen la segunda causa de muerte, con 142 personas fallecidas por infarto agudo al miocardio durante 2012, que es el último año con cifras oficiales de las autoridades de salud.
Lo que se busca mediante las campañas es instruir a la población acerca de las medidas que puede adoptar para lograr una disminución en los márgenes de riesgo, pero muchas veces no se logra conquistar el interés de una comunidad que muchas veces reacciona recién después de que lamentables situaciones ya están consumadas y sin posibilidad de echar pie atrás.
Por eso, es cada vez más importante que sea la propia gente la que ayude a derrotar las estadísticas negativas o, por lo menos, a disminuirlas.
Lo que se pide es bastante poco y se basa en la mantención de hábitos saludables, como una alimentación equilibrada y la realización de algunas actividades físicas menores, como una buena caminata para los mayores, mientras que se resalta lo fundamental que sigue siendo la práctica de algún deporte para niños y jóvenes.
Frente a a esto, resulta inquietante que la reacción popular sea tan débil y que cada día sea más fácil observar a personas muy jóvenes con evidentes muestras de sobrepeso.
Ahí pareciera estar una de las claves del problema, en la motivación hacia lo menos sabroso, pero más sano. Es una tarea difícil en estos tiempos donde tantas cosas van a en el sentido contrario.