Como una manera de reconocer la historia deportiva de Valdivia y los orígenes del campo de juego del recientemente remozado estadio Municipal N° 2, se está llevando una cabo una campaña para que el recinto lleve el nombre del Club Deportivo Nacional de Valdivia, hoy ya desaparecido.
El abogado Pablo Castro, nieto e hijo de dirigentes del club, expresó que el terreno del estadio fue gestionado y adquirido por el Nacional y que fue inaugurado el 13 de enero de 1935. Castro tiene testimonio gráfico de lo que afirma y entre otros hechos recordó que Colo Colo visitó Valdivia el 27 de diciembre de 1936 y jugó un partido amistoso contra el Nacional. La victoria fue para el equipo valdiviano, por 4-1, y el momento fue inmortalizado en una fotografía en la cual aparecen juntos ambos equipos. El Colo Colo de aquel entonces tenía entre sus filas al legendario Enrique 'Tigre' Sorrel.
El Nacional desapareció a fines de los '70 y el terreno de la cancha pasó a manos de la municipalidad.
Pablo Castro explicó que su intención es que la municipalidad reconozca que el terreno donde se emplaza el estadio Municipal N° 2 era del Deportivo Nacional y de esa manera 'recuperar una parte de la historia para las generaciones futuras, denominando el lugar con el nombre que siempre tuvo, cancha del Nacional, y levantando una pequeña placa recordatoria'.
La Municipalidad de Valdivia anunció que someterá a un plebiscito para que se elija el nombre del nuevo recinto y que hasta ahora las propuestas recibidas son las de Nacional y Menzel, con la posibilidad de que se entreguen otros nombres al departamento de Deportes en los próximos días.
A partir del lunes 6 de octubre se instalará una urna para que la gente vote por el nombre que prefiera.
Pablo Castro manifestó que la idea del plebiscito 'es una situación tremendamente arriesgada, porque puede salir cualquier nombre' y argumentó que el Código Civil establece que cuando una institución desaparece, los bienes pasan a poder municipal, pero con la salvedad de que los terrenos deben destinarse a actividades similares a las que tenían con su primer dueño.
'Si se coloca un nombre distinto o no se establece, al menos por un acuerdo municipal esta situación, corremos el riesgo de que administraciones futuras tomen la decisión de echar mano a estos terrenos, con fines distintos a los deportivos', dijo Castro.