Dice que la veta artística le viene de herencia familiar y que toda su vida de algún modo ha estado ligada al quehacer cultural. Tamara Ocampo nació en Santiago, pero se crió en La Unión.
Se fue para estudiar y ahora está de vuelta en la capital del Ranco impulsando un proyecto para rescatar su patrimonio histórico, con "La Unión de Historias".
Hija de Sergio Ocampo y María Ortega, Tamara es la mayor de tres hermanos. Cuenta que nació en la región Metropolitana, pero que a los seis años llegó junto a su familia a La Unión.
Sobre aquella época señala que "mi padre comenzó a dedicarse al comercio y mi madre con nosotros en la casa y después también trabajando en el restaurante familiar. Hemos tenido una vida súper tranquila aquí en La Unión. Una vida súper familiar, acá nos conocemos con todo el mundo, mi infancia fue súper bonita, rodeada de mucho cariño y protegida por una ciudad chica y muy familiar".
Estudió en el Colegio Santa Marta de La Unión y en los liceos Rector Abdón Andrade Coloma y en el desaparecido Nido de Cóndores.
Al finalizar la enseñanza media se trasladó a Puerto Montt para estudiar Pedagogía en Arte en la Universidad de Los Lagos.
En Puerto Montt se casó y fue madre por primera vez, pero el deseo de volver a La Unión pudo más y junto a su marido se instalaron en el Ranco, donde residen actualmente con sus dos hijos, Salvador y Juana.
cultura
¿De dónde viene tu inclinación por la gestión cultural?
-Desde los 15 años estoy participando en actividades culturales como productora. También como artista plástica. Esto me llevó a estudiar Pedagogía en Arte. En Puerto Montt junto a mi marido comenzamos una productora que sigue en pie y en 2011 llegamos a La Unión.
El tema del arte es genético. Toda mi familia de parte de padre y madre tiene talentos, intereses e inclinaciones artísticas. Hay músicos, pintores y actrices, es inevitable estar relacionada con este mundo, así que de ahí me viene la veta.
¿De qué se trató este primer evento que desarrollaste a los 15 años?
- Fue una muestra en el Parque Municipal, financiada con una subvención de la municipalidad. Eso fue entre 1997 y 1998 con una agrupación que se llamaba "La Cuerda", y era una exposición de artes plásticas con gente de la comuna y una muestra de danza y música. Eso fue un hito en La Unión, porque nunca se había hecho algo así.
¿En ese momento te diste cuenta que tu futuro podía ir por ese lado?
-Si, desde siempre tuve esa inclinación. De hecho para esa primera muestra pinté un mural. En esa época pintaba mucho, en ese entonces me creía mucho el cuento de ser pintora, hacía exposiciones y proyectos relacionados con las artes plásticas. Después me gustó la música, aprendí flauta traversa, e incluso fui a estudiar a Temuco en la escuela de Roberto Lecaros. Acá en La Unión hice algunas clases, pero también me he alejado un poco, priorizando lo audiovisual.
¿Toda tu vida ha estado ligada de una u otra manera al arte?
-Sí, cuando volvimos a La Unión llegamos a hacer un proyecto que se llamaba "Arte de Los Ríos", que trataba de rescatar la historia de gente muy mayor, que en algún momento fue importante para la cultura de La Unión. Hicimos un documental sobre Leonel Hermosilla, que es un peluquero, pintor, escultor, boxeador, escritor y que hace de todo aunque tiene como 90 años. También a una fallecida profesora de música, Federica von Edelsberg, al músico Alejandro Carrasco y a un pintor muy importante de la zona, Demetrio Cárdenas. Con esos documentales comenzamos a ver que había mucha gente con información y documentos sobre historia.
¿Qué otros proyectos han desarrollado en La Unión?
-Después de este tema de los documentales, empezamos una "Semana del Cine", en ese proyecto, que tenía talleres y exhibiciones con pocos recursos. Ahí apareció un señor y dijo que tenía películas de La Unión de los años 30 y la respuesta de la gente fue tan increíble que decidimos seguir haciéndolo. Eso fue en 2012 y la gente nos empezó a hacer llegar material como películas y fotografías de esa época.
La unión de historias
¿Así surge un poco "La Unión de Historias"?
-Ese año empezamos a postular el proyecto, pero nos rechazaron. El año pasado en el segundo intento nos favorecieron con el financiamiento desde el Consejo de la Cultura.
Este proyecto busca rescatar el patrimonio de La Unión, con fotografías y películas. Además creamos una página web para que la gente tenga libre acceso al material recopilado y además una aplicación que es como una enciclopedia de la historia de La Unión, que va a ir a todos los colegios de la comuna. Para nosotros, lo importante es que, además de que muchas personas se reconozcan en las fotografías esas historias vuelvan a escucharse y que sus hijos y nietos puedan conocerlas.
Es un hito en La Unión. Con esto estamos asegurando que, de aquí en adelante, las clases de historia tengan mayor énfasis en lo local. Esto es muy importante para nosotros.
¿Cuáles son las historias más interesantes que han podido rescatar?
-Con este levantamiento de información que lleva un año, nos hemos dado cuenta de que a la gente le gusta la historia y ama a la ciudad por la historia que tiene. Es un pueblo chico y entonces las historias las hacen el abuelo, el amigo, el vecino. Se ve que la gente cercana creó y levantó esta ciudad.
En La Unión tenemos una historia muy rica. Encontramos fotos de dos soldados unioninos que fueron a la Guerra del Pacífico. Uno murió en la guerra y alcanzó a mandar una carta a sus padres, carta que nosotros tenemos y otro que murió acá y al que el regimiento Maturana le hace homenajes todos los años.
Toda esta información va a llegar a los colegios y a la población de distintas formas, así que estamos súper contentos con este proyecto.
apoyo
En tu experiencia ¿Hay apoyo para los proyectos culturales en el país?
-Sabemos que la torta no se reparte de forma igualitaria y la mayoría de los recursos van a Valdivia, nos gustaría que existieran más organizaciones como la nuestra para poder conseguir más recursos para la ciudad, porque hay muchas carencias. Así y todo a nosotros nos ha ido muy bien, el Gore y el Consejo de la Cultura nos han apoyado. Nos gustaría que más gente postulara, pero eso todavía no ocurre porque la gente no está muy motivada en La Unión, está como aburrida de la burocracia.
¿Cuál es la clave para que las ideas se cristalicen?
-Creo, después de 15 años de trabajo, que para que realmente funcione un proyecto hay que ser perseverante. Cuando se plantea una idea y los que la pueden financiar te dicen que le faltó algo, puede quedar el proyecto tirado o ver cuáles son los errores y reformularlos con tiempo. Es un trabajo súper cansador por la incertidumbre de no saber si va a haber apoyo o no, pero hay que perseverar y tener la idea clara, haciendo todo lo posible para que resulte. También hay que ser responsable.
¿Qué otros proyectos están trabajando?
-Tenemos una escuela comunitaria audiovisual para jóvenes, que tengan buenos proyectos y nosotros los ayudamos con el tema de producción. Lo que le digo los chicos es que la única manera de salir del montón es ser responsable, llegando a la hora. En cosas súper chicas se hace la diferencia, cuando la gente ve que uno responde te toma en serio.
¿Hay interés de parte de la juventud unionina de participar en actividades como ésta?
-La verdad es que sí, acá no hay cine ni nada relacionado, pero hemos tenido una buena respuesta de los jóvenes que escriben cosas y quieren producir. Por ejemplo ahora estamos grabando un cortometraje que se llama Voltaje, que es de una chica de 15 años que se llama Paulina Castillo. Vamos a grabar en el Hospital, y nosotros como centro cultural los apoyamos en la gestión. En esas cosas los apoyamos, pero el resto lo ven ellos y hay mucha motivación.