Celebramos este domingo el Cuarto domingo del tiempo de Cuaresma, que nos acerca a la Semana Santa.

Las lecturas de la Misa, nos ayudan a optar cada vez más por Cristo, reconociendo lo que ha hecho por nosotros.

Ya en tiempos del pueblo de Israel, ellos descubren como Dios los acompañaba en las vicisitudes de la historia (2Cro 36, 14-16.19-23).

Pero la prueba más grande del amor y de la misericordia de Dios se revela en Jesucristo, como nos lo recuerda el evangelista Juan: 'Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todos lo que crean en Él, tengan Vida eterna'(Jn 3,14-21).

Aceptar el amor de Dios, significa optar por Cristo y su evangelio, consiste en abrazar la verdad y ser por lo tanto hijo de la luz, rechazando el mal y las tinieblas.

En un tiempo en que la corrupción, la violencia y la mentira, pareciera que envolvieran nuestro mundo y sociedad, nuestra mirada creyente se debe volcar con mayor confianza en Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. Acercarse a Jesús, se debe traducir en cambiar de conducta, de manera de ser transparente tanto en la esfera personal, como en las instituciones. Jesús nos dice: 'Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor que sus obras sean descubiertas'.

San Pablo dirá a los cristianos de Éfeso que en su gran misericordia, Dios nos hizo revivir en Jesucristo (Ef 2, 4-10).

Nosotros los cristianos debemos ser luz en el mundo, ya que fuimos creados en Cristo Jesús, a fin de realizar aquellas buenas obras. Pidamos a Dios para que nos ayude a vivir siempre conforme a la Verdad del Evangelio.

Buen domingo.

No siempre la palabra, como unidad léxica de la lengua, es considerada en su valor trascendental como objeto de estudio de la Lingüística; se le define también como la representación gráfica u oral de estos sonidos o fonemas con un significado (lengua escrita/hablada). La asociamos además a la facultad de articularla bajo cuya cobertura pueden estar contenidas verdades o mentiras. En la lingüística clásica se le ha definido como la unidad mínima de significación que poseemos los usuarios de una lengua para referirse al mundo de las cosas, acciones y características de las mismas; en el Génesis, se destaca su valor al indicar un poder creativo desde lo Divinal.

Entregamos aquí alguna nociones generales sobre lo que está más allá de los pensamientos o ideas; se trata de asignarle a las palabras un valor trascendental a lo que decimos o intentamos decir; cuando creamos realidades más allá del plano físico, existencial o fenomenológico, como diría un filósofo del lenguaje. La palabra, así, pasa a ser la expresión de lo que podríamos llamar un 'prototipo de la perfección musical', en cuanto a la armonía con que pronunciamos o articulamos (eufonía) convenciendo, felicitando, negando, expresando acuerdo, rechazando o expresando sarcasmo o ironía; resulta que toda vibración expresada en un sonido es de por sí creativa o única, para bien o para mal, pudiendo siempre ser un arma de doble filo.

Como hablantes o usuarios, entonces, tenemos la responsabilidad de exaltarla, sublimarla, u opacarla llevándola hasta lo más alto, o, arrastrarla, desperdiciarla y convertirla en un infierno de difamación. A. Clayton (2004) en su libro 'El Lenguaje de Dios' (Barcelona: Vergara Ed.) la palabra es el 'asiento del Ser', tenemos que aprender a usarla adecuadamente para hablar de lo bello, lo justo, y lo verdadero. De lo contrario, nuestras creaciones verbales pueden llegar a ser monstruosas y destructivas para quienes las escuchan o las leen; una verdad la podemos convertir en mentira y viceversa.

Lamentablemente esta realidad no es abordada en los textos que nos hablan de enseñanza de lenguas, de análisis lingüístico o en alambicados textos que tratan sobre la comunicación humana o en los así llamados estudios del discurso. ¿Habrá entonces una pedagogía de la palabra? O ¿un poder psicológico de la misma? ¡Hasta cualquier momento!

No es la primera vez que la es cuela de Nontuelá, en la comuna de Futrono, sufre el robo de equipos computacionales destinados al uso y la enseñanza de sus 178 alumnos. En la última ocasión, ocurrida hace solo algunos días, se trató de implementación recién llegada y que no alcanzó a ser utilizada.

El destino de tan valioso material, en manos de los delincuentes, no puede ser otro que un intento de venta, lo más rápidamente posible, a reducidores que son tan culpables como los ladrones del despojo que sufren los niños y sus profesores. No resulta difícil suponer, además, que el traspaso de los equipos se hará mediante pagos considerablemente más bajos que su precio comercial, porque como elemento adicional al daño que se causa a la educación de los jóvenes, para los involucrados en el delito lo único importante es obtener algunos pesos que dichosamente pagan los que al final de cuentas disfrutan de los elementos sustraídos.

Recordó el director del establecimiento afectado que hace dos años se produjo un hecho similar y que la policía logró dar con el autor, que resultó ser un vecino de la misma localidad. Quiere decir que se trataba de una persona que con toda seguridad conocía a los alumnos, pero que no se detuvo ni siquiera por esta situación.

Este hecho refleja lo que progresivamente se ha ido observando en el país, es decir, una delincuencia cada vez más desprovista de escrúpulos y límites, presionada tal vez por el narcotráfico, que a medida que se fue incrustando en el mundo lo llenó de una violencia extrema, desconocida incluso para los viejos amigos de lo ajeno, que se permitían actuar bajo un singular y rudimentario código de ética que les impedía sobrepasar ciertas fronteras.

Ahora, lamentablemente no se puede esperar más que asumir todas las medidas de precaución que puedan impedir o por lo menos retrasar el accionar de los delincuentes. No se puede aguardar que respeten lo que tanta falta hace a sus propios vecinos, tal como nos lo recuerda este nuevo episodio ocurrido en Nontuelá.