Iglesia Católica difundirá reglas para prevenir abusos de parte de sacerdotes
medidas. Entre las labores esta la formación contra esas acciones y guías de cómo proceder.
La Iglesia Católica de Chile difundió ayer reglas actualizadas para tratar los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra menores, aunque admitió que está lejos de alcanzar el objetivo de un "nunca más" en los abusos.
La Conferencia Episcopal actualizó protocolos de 2003 y 2011 que se centran en proteger a menores en las iglesias, cómo proceder ante las denuncias de los fieles y cómo prevenir los abusos.
Entre las nuevas disposiciones está que clérigos, seminaristas y agentes pastorales, entre otros, deberán tener formación certificada en contra de los abusos sexuales y demostrar que no tienen juicios pendientes ni antecedentes penales en la materia.
También se suma la firma de un compromiso de adhesión a las políticas de prevención aprobadas a nivel nacional y a la disponibilidad de formación permanente.
"El hacernos cargo de este flagelo es una tarea que hemos emprendido con humildad, reconociendo que en este caminar estamos todavía lejos del horizonte que nos proponemos de 'nunca más abusos'", sostuvo monseñor Alejandro Goic, presidente del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas de la Conferencia Episcopal de Chile.
El documento se conoce cuando sigue en el primer plano la oposición al obispo de Osorno, Juan Barros, rechazado por parte de su diócesis por haberse formado al alero de Fernando Karadima, sacerdote declarado culpable por El Vaticano de abusos sexuales contra menores con violencia y abuso de su potestad eclesiástica.
Goic y el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Cristián Contreras, admitieron que las acciones de Karadima "siguen enturbiando a nuestra Iglesia en Chile y eso es un daño inconmensurable".
"Los abusos a menores perpetrados por clérigos marcan ciertamente un antes y un después en la vida eclesial chilena", señaló Goic.
Goic, también obispo de Rancagua, al recordar la existencia de este tipo de casos en la Iglesia se preguntó por el hecho de que la Iglesia haya llegado a ese escenario.
"¿Qué nos ocurrió? ¿Cómo pudimos llegar al contrasentido de nuestra misión que significa el daño a menores? ¿Cómo recuperar nuestra debilitada credibilidad de hoy? Nos duele lo obrado mal. Nos lastima por cada persona dañada, silenciada, por cada lágrima derramada", afirmó.