Este mes Colbún ingresará Estudio de Impacto Ambiental de Central San Pedro
modificaciones. El estudio presentará las adecuaciones que se hicieron al proyecto original, a raíz de situaciones geológicas detectadas, las que obligaron a paralizar las obras en 2010.Participaron en la Comisión de Recursos Hídricos.
A poco más de cuatro años de la paralización de las obras de construcción de la Central Hidroeléctrica San Pedro -en la comuna de Los Lagos- la empresa Colbún retomó el proyecto e ingresará este mes el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), donde presentará las adecuaciones que resolverían los problemas geológicos detectados en el año 2010.
Roca de mala calidad -en la ribera norte- que no contaba con las características técnicas para la fundación de la presa, y deslizamientos menores del terreno en la ladera sur obligaron en ese entonces a terminar con los trabajos e iniciar una etapa de estudios -con la participación de expertos nacionales y extranjeros- para solucionar las fallas encontradas.
Hoy esas soluciones están y para el gerente del Proyecto San Pedro, Leonardo Díaz, "después de este proceso tenemos la convicción total de que éste es un proyecto seguro".
Entre las modificaciones al proyecto original, se determinó reubicar el área de fundación de la presa, moviéndola 45 metros, donde según los estudios realizados sí existe roca con las características técnicas para su empotramiento. Esa reubicación significa que se alarga la presa -originalmente de 100 metros- lo que da la posibilidad de trasladar la casa de máquinas al pie de ésta. Esto último contribuye a reducir el área de intervención ya que se evita la construcción de un túnel.
PLAZOS
Una vez ingresado el EIA al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), se estima un plazo de dos años para la calificación ambiental, es decir, si se aprueba o rechaza el proyecto.
En el caso de que sea aprobado, las obras de construcción se reiniciarían a fines de 2016 o principios de 2017, para poner en operación la central a finales del año 2020.
Leonardo Díaz explicó que la secuencia constructiva considera un período de cuatro años, donde los trabajos se centrarían en -según explicó- "terminar los túneles de desvío y habilitarlos para poder manejar el río por dentro de los túneles. Con eso tenemos el espacio suficiente para construir la presa que se construye paralelamente con el edificio de la casa de máquinas. Entonces, entre excavaciones y hormigones son, aproximadamente, dos años y los dos últimos años son para el montaje de las turbinas y su puesta en servicio".
Sin embargo, esos plazos podrían verse modificados si la autoridad ambiental decide incorporar una consulta indígena.
consulta y participación
Para Colbún, la idea de someter el proyecto a una Consulta Indígena no resulta un retraso para éste. "Nosotros no somos contrarios, en absoluto, a un proceso de Consulta Indígena. Vemos que todos los procesos que están reglamentados dentro de la ley son sanos para el mejor desarrollo del diseño y la concreción del proyecto", aseguró Díaz.
En esa línea, sobre la relación con las comunidades indígenas, sostuvo que "tenemos una ventaja, porque como este proyecto tiene un 15% de avance, es un proceso que ya lo vivieron las comunidades cercanas durante los años 2009 y 2010, y entonces ya tenemos la experiencia de cuáles fueron los efectos y cómo lo percibieron".
Sin embargo, el diálogo con las comunidades continúa. "Seguimos informando sobre las modificaciones. De las once comunidades indígenas en torno al proyecto, ya hemos estado en mesas de trabajo con diez de ellas", precisó el gerente del proyecto.
De forma paralela, a la fecha han tenido cerca de 50 reuniones con municipalidades, comunidades indígenas y organizaciones de base de Panguipulli, Los Lagos y Valdivia.
En relación a los grupos ambientalistas, dijo que "no podríamos responder por ellos si son nuestros principales opositores, pero sí tenemos antecedentes que hay organizaciones que desde las etapas iniciales del proyecto han hecho sus observaciones, han puesto en perspectiva sus puntos de vista y, bueno, eso a nosotros nos parece muy sano y en este nuevo Estudio de Impacto Ambiental esperamos que también concurran con estos necesarios cuestionamientos que a nosotros nos sirven mucho, porque nos ayudan a mejorar nuestro proyecto".
Ante la negativa de agrupaciones ambientales de Valdivia de reunirse con la empresa, el gerente explicó que es una decisión que respetan.
"Hicimos una invitación a las ONG que se preocupan de este tipo de proyectos en Valdivia, ellos tomaron la decisión de no reunirse con nosotros. Nos hemos reunido parcialmente con algunas ONG, en forma particular, pero como grupo ellos definieron voluntariamente no juntarse con nosotros, lo cual es evidentemente una decisión que debemos respetar", sostuvo.
Leonardo Díaz enfatizó que las reuniones son parte de la política de la empresa de informar a la comunidad acerca del proyecto, distinto al proceso de participación ciudadana que se debe realizar en el marco de un Estudio de Impacto Ambiental. "La participación ciudadana está establecida en un plazo de 60 días hábiles después de la presentación del EIA. Y esta participación ciudadana es la oficial, legal, la dirige el Servicio de Evaluación Ambiental", precisó.
"Información equívoca"
Las agrupaciones ambientalistas han expresado sus dudas acerca de la ingeniería del proyecto. Unas fotografías que muestran grietas que estarían en la estructura de la central darían cuenta de ello.
Consultado sobre la existencia de esas grietas, el gerente del proyecto aseguró que "esas son grietas normales dentro de este tipo de taludes, que no tienen que ver con ninguna estructura del proyecto, la única estructura en funcionamiento son los túneles de desvío".
Agregó que "los túneles tuvieron su primer examen en el 2010 -con el terremoto del 27 de febrero- y no hay ningún daño estructural dentro de las obras que tenemos construidas y tampoco hay descenso de fundaciones".
En esa misma línea, dijo que existe información equívoca respecto del proyecto. Dio como ejemplo la inseguridad que genera en la población que se pregunta qué pasaría ante un desastre como el Riñihuazo.
Díaz explicó algunas diferencias entre la Central San Pedro y el Riñihuazo. Comentó que en los cerros de la zona de la presa existe suelo superficial y roca basal, que no se desliza, a diferencia del sector Tacos del Riñihuazo, donde los suelos sí se pueden deslizar. Además, la central es capaz de vaciar el total del volumen del embalse en 24 horas.
También apuntó a que el volumen de agua del embalse es de 30 millones de metros cúbicos, lo que representa el 0.5% del volumen de agua evacuado en el Riñihuazo, que fue de 5.400 millones de metros cúbicos.
Por otra parte, precisó que la presa será de hormigón, fundada y anclada inferior y lateralmente en roca, y funcionaría como rompe olas en un fenómeno como el Riñihuazo. De esta manera se formaría una barrera física para disipar lo que se conoce como "golpe de agua".
Asimismo, sostuvo que el embalse no aumenta la posibilidad de provocar deslizamientos en la zona de los Tacos del Riñihuazo y que la tecnología permite detectar, de forma temprana e inmediata, cualquier anomalía relativa al régimen normal del río, como sistemas de instrumentación y estaciones satelitales.
"Esas son grietas normales dentro de este tipo de taludes, que no tienen que ver con ninguna estructura del proyecto. La única estructura en funcionamiento son los túneles de desvío". "Nosotros no somos contrarios, en absoluto, a un proceso de Consulta Indígena".
Leonardo Díaz Gerente Proy. Central San Pedro
El cacique Luis Pailapichún y el werkén Bernardo Rumián, en representación de la Junta de Caciques de la provincia de Osorno, expusieron ante la Comisión de Recursos Hídricos de la Cámara de Diputados -en el marco de la discusión de la reforma al Código de Aguas- la preocupación que existe entre el mundo mapuche por la aplicación del artículo 56 del actual Código de Aguas en el Wallmapu.
Se trata de la normativa que permite a las mineras adjudicarse las aguas que afloren durante sus operaciones, incluso sin tener la obligación de informar sobre sus hallazgos a las autoridades pertinentes. Es un privilegio que no tiene ningún otro sector, como por ejemplo las comunidades indígenas.
El tema de fondo, en opinión del werkén, son los paradigmas divergentes. "Como pueblo venimos a plantear nuestra visión. Aquí se habla de territorio, o ya se ha modificado en el Código de Aguas, y se plantea que se va a respetar los territorios indígenas".
Sin embargo -dijo- "la visión de territorio que tiene el Estado, los parlamentarios, el gobierno y todas las entidades públicas, es muy distinta a la que nosotros tenemos como personas vivientes y parte de la cultura".
En su opinión "eso ha sido un detonante, en mucho tiempo, de llevar adelante esta relación entre el Estado y los pueblos originarios. Esa es una de las grandes complicaciones que tenemos y que al final ha derivado en conflictos".
COMPROMISO PENDIENTE
En este contexto, señaló que el gobierno mantiene pendiente el compromiso que asumiera al ingresar la indicación sustitutiva a la reforma al Código de Aguas en el sentido de consultar a los pueblos indígenas sobre varios de los artículos, según establece claramente el Convenio 169 de la OIT.
Al respecto, la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín, expresó que "es éste un tema fundamental hoy. Es esta normativa en particular la que ha permitido que un sector específico del país se apropie, en la práctica, de los acuíferos perjudicando tanto a las comunidades que dependen de ellos como la subsistencia de ecosistemas frágiles".
Además, puntualizó que "la discusión de fondo es si consideraremos el agua como un elemento vital para la vida y supeditada al interés colectivo o como una simple mercancía que algunos pueden acaparar para sus fines económicos".
Esta disyuntiva la organización está relevando bajo la campaña de incidencia legislativa y ciudadana "¿De qué lado estarás tú?", lanzada hace unos meses en el Congreso Nacional.
El debate sobre la reforma al Código de Aguas continuó ayer en Valparaíso.
Fuentes laborales Acusan postergación
Un total de dos mil trabajadores serán requeridos para las obras que se realicen los dos primeros años. Unos 800 por turno. El gerente del Proyecto Central San Pedro, Leonardo Díaz, precisó que "serán trabajos asociados a hormigones y excavaciones, por lo que se necesita más mano de obra no especializada, en los dos últimos años, donde las obras ya son de montaje y de prueba, hay mano de obra más especializada, pero con todo eso nosotros esperamos darle prioridad para que sea mano de obra local, de Los Lagos y Panguipulli, y en particular para que una porción de la actividades constructivas puedan ser asignadas a empresas locales".
Según los representantes de la Junta de Caciques de la provincia de Osorno, la Comisión de Recursos Hídricos, que preside la diputada Yasna Provoste, ha postergado por varias semanas la definición final sobre el artículo 56. Sostienen que aún queda pendiente una posible restricción a la figura, centrándose hoy la discusión en determinar qué tipo de mineras mantendrán la garantía de no tener que solicitar los derechos de aguas que hallen en sus operaciones.
2010 fue el año
en que Colbún paralizó las obras de construcción de la Central Hidroeléctrica San Pedro, tras encontrar problemas geológicos.
15 por ciento
de avance tenía el proyecto al momento de su paralización. Se construyeron los caminos de acceso, se realizaron las excavaciones de dos túneles y se instalaron sus compuertas.
45 metros
se corrió el lugar de fundación de la presa, de esta manera se resolvió uno de los problemas geológicos asociado a que la roca no tenía las características técnicas.