El suspendido presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, insistió en que existía un pacto a nivel diplomático para asignar los respectivos Mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Estados Unidos, pero denunció que la intervención del gobierno francés y de Michel Platini cambió los planes en favor de Qatar.

"Estaba todo acordado. Vayamos a las dos superpotencias en la votación: vamos a Rusia y vamos a Estados Unidos", señaló Blatter en una entrevista que publicó ayer el diario británico "Financial Times".

"Estaba ya resuelto diplomáticamente ir ahí", agregó el timonel, que aseguró que existía un "pacto de caballeros".

Sin embargo, una semana antes de la polémica votación del 2 de diciembre de 2010, Blatter dijo que recibió un llamado del francés Platini, el titular de la UEFA, en el que le informó sobre una rotura del acuerdo.

"No estoy más de tu lado, el jefe de estado (en alusión el entonces Presidente francés Nicolas Sarkozy) me dijo que debía considerar la situación de Francia", aseguró Blatter que le dijo su antiguo aliado Platini.

De acuerdo con el suizo, la "interferencia gubernamental del señor Sarkozy" terminó inclinando la votación a favor de Qatar. "(Platini) me dijo que esto iba a afectar más de un voto, ya que contaba con un grupo de votantes", añadió el suizo.

El comentario de Platini, según Blatter, ocurrió después de que el ex futbolista mantuviera una reunión con Sarkozy y con el emir Tamin bin Hamad al-Thani, quien en ese momento era el príncipe heredero de Qatar.

Blatter consideró que, de haberse mantenido la ingeniería electoral original, él no estaría atravesando los problemas que tiene actualmente en la FIFA.

"Estábamos en una situación en la que nadie entendía por qué la Copa del Mundo iba a uno de los países más pequeños del mundo", afirmó Blatter sobre Qatar.

Los comentarios de Blatter al "Financial Times" reafirman lo que ya había declarado a la agencia estatal rusa Tass en una entrevista publicada el miércoles pasado.

Sudáfrica se impuso ayer con autoridad a Argentina por 24-13 y se quedó con el tercer puesto del Mundial de Rugby de Inglaterra y Gales.

Los "Pumas" sufrieron ante el poderío de los "Springboks" y de esta manera no pudieron igualar el tercer puesto logrado en Francia 2007, su mejor actuación en un Mundial.

El combinado sudafricano salió con todo al Estadio Olímpico de Londres y a los seis minutos ya había conseguido el primer try del partido por intermedio de Jon-Paul Roger Pietersen.

Handre Pollard marcó la conversión y luego conectó otros tres penales que permitieron a Sudáfrica irse al descanso con una ventaja de 16-0.

Argentina mejoró en la segunda etapa y se acercó con un drop del apertura Nicolás Sánchez, capitán ante la ausencia de Agustín Creevy.

Sudáfrica extendió la ventaja con un try de Eben Etzebeth y un nuevo penal de Pollard para colocarse 24-3. Entonces llegó la reacción de Argentina, que siguió luchando hasta el final en el Estadio Olímpico de Londres.

Sánchez descontó con un penal y Juan Pablo Orlandi apoyó sobre el final el único try del partido para Argentina. El pateador Sánchez acertó en la conversión para terminar el encuentro con ocho puntos y quedar a un paso de concluir el Mundial como máximo goleador.

"Hoy nos sentimos cansados, pero Sudáfrica fue superior. Tenemos una tristeza enorme adentro", analizó Sánchez. "Me quedo con que el equipo nunca se quebró y siguió dejando todo hasta el final", comentó.

La gran final

Nueva Zelanda y Australia se medirán hoy (13 horas de Chile) sobre el césped del mítico Twickenham para quedarse con el trofeo del Mundial. Los hinchas del balón ovalado llevan soñando este duelo desde hace años.