Carolina Collins
Con sólo 15 años, Malala Yousafzai alcanzó el renombre mundial en 2012 cuando fue víctima de un sicario talibán que le disparó en la cabeza, en represalia por haber hablado en favor del derecho de las jóvenes de ser educadas.
Dos años después y tras haber sobrevivido a es terrible ataque, la joven fue premiada con el Nobel de la Paz 2014, que reconoció su trabajo como activista en la lucha contra la opresión femenina en su país y en favor de la educación de la educación de las mujeres.
Fue el 12 de octubre de 2012 cuando después de haber ido al colegio, un grupo de talibanes armados siguió a Malala hasta el autobús escolar y le dispararon en la cabeza y el cuello, dejándola al borde de la muerte. Esta tragedia conmovió al mundo entero y causó indignación en la comunidad internacional.
La joven sobrevivió tras recibir un complejo tratamiento que significó una rehabilitación y una cirugía reconstructiva en el Reino Unido. Posteriormente relató su historia en sus memorias "Yo soy Malala", de 2013, que coescribió junto a la periodista británica Christina Lamb.
El camino de la cinta
El libro hizo que Malala y su padre, Ziauddin Yousafzai, recibieran una verdadera oleada de propuestas para llevar la historia al cine. Finalmente ellos escogieron trabajar con los productores Laurie MacDonald y Walter Parkes ("Gladiador").
"Ellos mismos son muy inspiradores. Cuando escucharon nuestra historia quedaron tan impresionados y mostraron tanto interés en ella que nosotros mismos también nos inspiramos y así fue como empezó todo", cuenta Yousafzai.
Ellos decidieron incluir en el proyecto al premiado director Davis Guggenheim ("Esperando a Superman", ""Una Verdad Incómoda"), quien fue el escogido para plasmar esta historia de una joven cuya historia ha inspirado a mujeres de todo el mundo.
La confianza fue clave para poder contar la historia de la manera más genuina posible. "Al principio no conocíamos a Davis pero es un hombre tan sociable y amistoso que supo respetar nuestra privacidad... respetó nuestra cultura y tradiciones", relata el padre de la premio Nobel de la Paz.
El documental retrata la emotiva historia de Malala, así como la de su familia y cómo una joven que se inspiró en su padre para luchar por los derechos de las mujeres sacó la voz, a pesar de haber sido atacada por eso.
Y pese a que contó con su colaboración, el padre de Malala reconoce que hubo partes de la historia que no quisieron revelar en la cinta. "Algunas partes de la película son muy conmovedoras y con otras no estuvimos cómodos pues nuestra vida ha sido difícil" dice Yousafzai, quien se ha mantenido junto a su hija a lo largo de este camino.
"Hemos pasado por algunas circunstancias algo difíciles que a uno no le gusta ver pero que se tienen que ver pues es la narrativa de nuestra vida. Creo que Davis ha hecho una muy buena película y fue la persona adecuada para hacer este documental", dice convencido de que Guggenheim fue la elección correcta.
Un futuro ejemplar
El padre de Malala es profesor y con su pasión por la educación ha abierto varias escuelas en el Valle de Swat. De ahí la importancia de su ejemplo en la persona que hoy es su hija. El padre recuerda que siempre vio en ella algo especial, "desde el principio, podía ver en sus ojos la inteligencia, la sabiduría y la belleza que tiene. Ella era muy crítica -hacía valoraciones de distintas cosas, hacia comparaciones, y era muy inteligente".
Y como vio ese potencial supo que había que hacer algo con él. "Estaba pensando que la enviaría a Lahore en Pakistán en donde hay una institución muy famosa y pensaba que ella estudiaría un doctorado. No estaba claro qué es lo que haría, pero sabía que su potencial era enorme", cuenta. Ahora que Malala cumplió 18 años, su padre quiere seguir como una parte de su vida, apoyándola. "Lo que quiero, lo que mi esposa quiere, es que ella exista en nuestras vidas. Así que cualquier camino que ella escoja la apoyaré y la seguiré pues ella es como una lider para mucha gente y yo soy uno de sus seguidores", afirma Yousafzai.
Llevar la propia vida al cine
Para la familia Yousafzai un punto importante a plasmar en la película era la relación que ellos tienen, que es parte de quién es la joven que ganó el Prmeio Nobel de la Paz el año pasado. " Malala creció en un ambiente muy rico y positivo y es por eso que ella tiene los preciosos valores de preocuparse y respetar a los demás", cuenta su padre. "Siento que la familia es la unidad básica de la vida en sociedad y tiene su propia constitución y sus propios valores: el amor y el respeto", agregó Ziauddin Yousafzai.