Después de siete años de esfuerzo organizativo, ayer se realizó en Valdivia el primer concurso nacional escolar de bandas de guerra, convocado por el Liceo Armando Robles.
Hasta el Parque Municipal llegaron 30 bandas de enseñanza media y básica, desde San Felipe, por el norte hasta Dalcahue, en Chiloé, por el sur.
Mil jóvenes demostraron sus habilidades para ejecutar con las baquetas sus cajas o tambores; y tener pulmones para los clarines y pífanos (pitos). También se lucieron los ejecutantes de liras, bombos y platillos, y naturalmente los guaripolas o tambores mayores, todos con vistosos uniformes.
Un jurado integrado por representantes de la Tercera División de Montaña evaluó a las bandas, las que impresionaron gratamente por su coordinación en el encajonamiento, con entradas y salidas, y por su calidad en la ejecución musical, en el traspaso y redobles.
La representante de apoderados y la banda del Liceo Armando Robles, Carmen Díaz, junto al asesor de la banda, Carlos Alvarez y el instructor de la Escuela España, Wladimir Treuquemil, agradecieron el apoyo municipal que facilitó el Parque Municipal; y la Junaeb, que aportó la alimentación para los visitantes que se hospedaron en el Liceo Armando Robles.
Los organizadores señalaron que "traer a Valdivia este concurso era un sueño, que ojalá motive ahora el apoyo a las bandas, porque sus integrantes aprenden, junto a la ejecución de sus instrumentos, valores como la disciplina y el deseo de salir adelante, como miembros de un grupo y como estudiantes", señalaron.
PremiacióN
Al cierre de esta edición se realizaba que la premiación por categorías, destacando entre los primeros lugares, hasta ese momento, la Escuela España de Valdivia, con las mejores cajas, pífanos o pitos, clarines y batería individual; además de las bandas de Paillaco, La Unión y Lago Ranco.