Una excelente noticia es que la comunidad de Valdivia pueda contar pronto con una ordenanza municipal que proteja en forma adecuada los humedales que existen en la zona y que hasta hoy se encuentran en riesgo constante de ser intervenidos.
La norma, luego de un largo proceso, se encuentra lista para ser votada por el Concejo Municipal y, a juzgar por el interés demostrado públicamente por el alcalde y los concejales locales, no debería tener mayores problemas para su aprobación unánime, probablemente esta semana.
De ese modo la capital regional se sumará a Panguipulli, que cuenta con reglas desde el año 2010; a Futrono, que está en trámite desde el año pasado y La Unión, también en vías de salvaguardar los suyos, especialmente en el área de Trumao. El objetivo en todos los casos es preservar estos espacios de acopio de agua y abundante flora y fauna; además de difundir su importancia para la biodiversidad y resguardarlos como espacios públicos, imposibles de ser utilizados para proyectos privados de ningún tipo.
En esta tarea los municipios cuentan con el apoyo de la Mesa Regional de Humedales, liderada por la seremi de Medio Ambiente, cuya gestión recién comienza en la zona, pero que ya tiene una serie de metas para cumplir durante 2016, especialmente relacionadas con educación ambiental y con crear conciencia sobre la importancia ecológica de estos espacios naturales.
En Valdivia el humedal del Río Cruces ha recibido especial atención luego del proceso post desastre de 2004; pero también es necesario fijar la mirada en otros como el Catrico, Angachilla, Santa Inés e Isla Teja, que han debido soportar constantes agresiones humanas en los últimos años, sin que existieran herramientas legales para cuidarlos adecuadamente. Ahora las habrá. Y deben ponerse en práctica de inmediato, con sanciones reales y recursos suficientes, para que no se trate solo de una gestión administrativa, o una simple declaración de intenciones.
Los humedales son tesoros naturales. Por lo mismo, los esfuerzos por ellos deberían contar con voluntad política transversal y no ser motivo de polémica, sino de unión de energías.