Correo
Viejito pascuero
El ministro de Obras Públicas vino como un Viejito Pascuero, ofreciendo a los valdivianos múltiples regalos espectaculares en recompensa al "lucro cesante" producido por el engendro administrativo relacionado con la "obra emblemática" del puente Cau Cau y otros.
Pero yo digo que no nos bastan ni importan los sumarios ni los despidos anunciados en el Ministerio; no nos interesan los vamos y diretes, ni las incontables explicaciones inconsistentes relacionados con el famoso puente. Esta obra inconclusa, sigue siendo lo que es: un desprestigio vergonzoso e inconcebible de su repartición y un tremendo daño para nuestra ciudad.
Desde su última y fugaz visita, volvemos a fojas cero y sin financiamiento real para terminar el puente tan necesario, mientras que en la "Metrópoli" se ejecutan e inauguran continuamente grandes y millonarias obras viales, como si el resto del país no existiera.
Eberhard Schultz H.
Humedal de isla Teja
El humedal de isla Teja ha sido intervenido. ¿Hasta cuándo el hombre es el depredador de nuestra naturaleza, por qué intervenir los humedales y no dejar que ellos existan ?
¿Se podrá pedir a la municipalidad de Valdivia, investigar de qué se trata este trabajo de liquidar otro humedal a vista y paciencia de todos los valdivianos?
Maria Regina Timm Kehsler
Irregularidades en Junaeb
En un caso tan relevante para el erario fiscal como las irregularidades en las licitaciones al interior de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, llama la atención que habiendo pasado por la comisión investigadora de la Cámara Baja ya varios funcionarios, directivos y ex directivos de dicho servicio, ninguno al día de hoy sepa dar luces de quiénes y cómo se conformaban las comisiones evaluadoras de las adjudicaciones en entredicho.
No es un caso menor el de JUNAEB, por cuanto hay hasta ahora casi 50 mil millones de pesos destinados al programa de alimentación escolar que, según indaga el parlamento, la Contraloría, el Consejo de Defensa del Estado, los tribunales y la Fiscalía Nacional Económica, habrían sido entregados a concesionarias en muchos casos con sobreprecios injustificables, sin garantías de solvencia o calidad, incumplimientos al poco andar, y todo, en medio de acusaciones de presuntas coimas, presiones y otros delitos económicos bajo la lupa.
Esperamos que tanto la acción de la justicia como el rol fiscalizador del parlamento puedan ayudar a esclarecer ésta y otras tantas interrogantes en torno a este caso que al final día afecta la calidad de la alimentación que reciben nuestros niños en las escuelas públicas.
Bernardo Berger Fett Diputado
Puente Cau Cau
El puente Cau-Cau surgió como consecuencia de la visión estratégica de los esfuerzos público-privados de los 90, con el fin de potenciar la vocación fluvial y portuaria, una de las vetas con mayor potencial económico para la ciudad y región, asegurando un tránsito expedito de carga entre la ciudad, la costa y el puerto de Corral tanto por tierra como por agua, sin que ello significara hipotecar la navegación y el desarrollo naviero local. Esto era coherente y pieza clave si se quería seguir adelante con el plan de desarrollo portuario.
No fue un capricho, como algunos lo han esbozado. Tampoco una volada del "gobierno de excelencia" como lo han tratado de argumentar otros, ya que en honor a la verdad nació de la alianza entre un una alcaldía de derecha y un gobierno de izquierda, con el aval de las organizaciones y fuerzas vivas, el empresariado presente y colaborativo, apoyo de los parlamentarios de la época y plasmado en la Agenda Pactada de Desarrollo.
El 2002 se firmó el primer convenio de trabajo intersectorial. El MOP ofreció sus buenos oficios y puso a disposición los equipos técnicos. Y fueron éstos, y no otros, quienes determinaron que el viaducto debía ser necesariamente móvil para evitar extensas expropiaciones a la Universidad y vecinos a ambos lados del río, afectaciones a las áreas naturales del parque, y reducir costos.
Hasta la fracasada intentona de licitación el año 2005, que coincidió con la caída del puente Loncomilla que elevó las exigencias a las futuras empresas constructoras en obras públicas, todo marchaba sobre ruedas. Pero fue a partir de 2007 que el destino del puente cambio de manos, y de estilo de gestión. Se consideró proyecto sectorial centralizado, se hizo borrón y cuenta nueva, y de las etapas posteriores no supimos más. Por qué el diseño original cambió tan radicalmente, por qué los costos se elevaron a las nubes, por qué se adjudicó diseño y ejecución a las empresas hoy cuestionadas, si hubo o no hubo fiscalización en el camino, nunca hubo respuesta.
Lo cierto es que a veces la memoria del valdiviano es frágil y nos olvidamos de aquella necesidad que dio origen a la solución trazada, nos quedamos en el detalle corto y perdemos la perspectiva histórica de los proyectos. Porque levadizo o no levadizo es equivalente a elegir si somos ciudad fluvial o no fluvial. Y en eso, al menos yo, no me equivoco.
Claudio Mansilla Alt Ex Seremi de Gobierno