Mabel González
El Observatorio Europeo Austral (ESO) firmó ayer el mayor contrato de la historia en el campo de la astronomía basada en Tierra, para la construcción en Chile de la cúpula y la estructura del telescopio E-ELT, el más grande del mundo.
El contrato fue firmado en Garching, cerca de Munich, entre el ESO y el consorcio ACe, formado por Astaldi, Cimolai y el Grupo EIE como subcontratista.
El E-ELT (European Extremely Large Telescope - Telescopio Europeo Extremadamente Grande), será el telescopio óptico e infrarrojo cercano más grande del mundo y dispondrá de un espojo aca ejo primario de 39 metros de diámetro, con una cúpula giratoria de 85 metros de diámetro y casi 80 metros de altura.
El ESO informó que el E-ELT se está construyendo a 20 kilómetros del observatorio Paranal, en el Cerro Armazones -a 3.000 metros de altura-, en el norte de Chile.
El director general del ESO subrayó la importancia de este contrato, al vaticinar que "el E-ELT hará descubrimientos que no podemos imaginar a día de hoy".
Por otra parte, se cerraron también las negociaciones en otros aspectos de la construcción del E-ELT, como son la construcción de los instrumentos de primera luz Micado, Harmoni y Metis, así como del sistema de óptica adaptativa Maory, a falta de que se acuerde la fabricación del espejo secundario del telescopio.
Según informó el ESO, el área colectora de luz del E-ELT será más grande que la de todos los telescopios ópticos existentes juntos, y su sistema de óptica adaptativa proporcionará imágenes unas 15 veces más nítidas que las del Telescopio Espacial Hubble de la Nasa (EE. UU.) y la ESA (Agencia Espacial Europea) en la misma longitud de onda.
Además, el ESO confía en que este nuevo telescopio propicie la creación de empresas tecnológicas e ingeniería derivadas y que se produzca una transferencia de tecnología.
Implicancias
El astrónomo y Premio Nacional de Ciencias Exactas José Maza explicó que el nuevo telescopio permitirá a los investigadores analizar un objeto débil en mucho menos tiempo de exposición que los que ofrecen las instalaciones actuales.
"En este minuto hay en el espacio un telescopio bien antiguo que es el Hubble, de 2,40 metros (de diámetro), que logra tomar una fotografía muy profunda. Sin embargo, uno ve los objetos, pero no se logra saber lo que son, y para poder saber lo que son uno necesita descomponer la luz de los objetos. Esto es lo que se llama un espectrocopio, y para eso es importante recolectar una cantidad enorme de luz", indicó el científico.
En la práctica, Maza dijo que "si uno quiere analizar un objeto muy débil con un telescopio de diez metros, uno se va a demorar unas ocho horas de tiempo de exposición (...) Con el E-ELT uno se va a demorar menos de media hora".
Asimismo destacó que los astrónomos podrán analizar objetos que hoy son imposibles de observar. "Son objetos que con los telescopios actuales uno tendría que estar exponiendo durante tres o cuatro noches seguidas, sumar todo lo que uno recolecta en cuatro o cinco noches (...) pero incluso llega un momento en que el ruido de la atmósfera enmascara la señal del objeto", lo que dificulta la investigación, agregó.
Maza estima que el E-ELT estaría viendo la primera luz alrededor del año 2025.
Los otros proyectos astronómicos
Además del E-ELT, existen otros proyectos astronómicos en el norte del país. Uno de ellos es el Telescopio Gigante de Magallanes, cuya construcción podría completarse el año 2020. Se compondrá de siete segmentos primarios de 8,4 metros de diámetro, con el poder de resolución de un espejo primario de 24,5 metros de diámetro y la superficie de recolección de 22 metros. Asimismo, Chile es candidato para albergar el Telescopio de Treinta Metros (TMT), cuya instalación ha sufrido problemas en Hawai.