Ex alcalde de Londres se baja de la carrera para suceder a David Cameron
BREXIT. La decisión de Boris Johnson deja como favorita a la ministra Theresa May.
La carrera por el liderazgo conservador británico dio ayer un giro inesperado cuando el ex alcalde de Londres Boris Johnson renunció a sustituir a David Cameron, dejando a Theresa May como favorita para el cargo de primera ministra.
En medio de una gran expectación, Johnson sorprendió al mundo político al comunicar que, después de consultar con sus colegas del Parlamento, había llegado "a la conclusión" de que él no era la persona adecuada para asumir las riendas del poder.
El anuncio se conoció poco después de que su compañero de campaña a favor del "brexit" -la salida del país de la Unión Europea (UE)-, el titular de Justicia, Michael Gove, anunciase, también por sorpresa, que entraba en la lucha por el liderazgo "tory".
La victoria del "brexit" y el anuncio de dimisión del primer ministro británico, David Cameron, habían situado al antiguo alcalde al frente de la pugna por el liderazgo conservador.
Pero la salida del carismático Boris Johnson, de 52 años y figura clave del éxito del "brexit", puso de manifiesto las fisuras internas en el ala más euroescéptica de la formación, que desde hace décadas ambiciona con cortar los vínculos con Bruselas.
Aunque ganó dos elecciones a la alcaldía de Londres (en 2008 y 2012), Johnson nunca ocupó un cargo clave en el Gobierno, por lo que generaba dudas entre los diputados sobre si podía asumir un puesto en momentos decisivos para el Reino Unido, pues deberá negociar con los 27 el retiro del país del bloque comunitario.
Con su salida, la ministra de Interior, Theresa May, se sitúa como clara favorita para reemplazar a Cameron una vez completada la elección interna entre los diputados, aunque la decisión final estará, en septiembre, en manos de los afiliados de la formación.
Si bien May apoyó la permanencia en la UE, tuvo poca participación en la campaña para el referéndum, lo que la sitúa como una figura más unificadora para una formación partida por la mitad: euroescépticos y pro-europeos.