Isapres
Las isapres proyectan mayores desembolsos debido al aumento de adultos mayores y consiguientes tratamientos médicos. Los afiliados a esas instituciones tendrán que pagar cotizaciones más cuantiosas, por lo que muchos optarán por trasladarse a Fonasa. Se suma el aumento de población, resultando una importante ampliación de Fonasa y mayor erogación fiscal. Tal situación es preciso abordarla cabalmente desde ya, evitando así que se torne inmanejable.
Patricio Farren Cornejo pcornejo@hotmail.com
Analfabetos funcionales
De acuerdo a los últimos resultados de la Encuesta sobre Competencias de los Adultos (PIAAC), desarrollado por la OCDE, un 53% de los adultos chilenos tiene un bajo nivel de desempeño en comprensión lectora y un 62% se encuentra en el nivel más bajo en cuanto a razonamiento matemático, lo que nos habla del gran porcentaje de chilenos que no posee las competencias básicas necesarias para desenvolverse adecuadamente en el mundo del trabajo.
Lo más complejo y grave a la vez, es que estos resultados no son nuevos, pues ya en el año 1998, un estudio realizado por la U. de Chile, basado en la encuesta SIALS, detectó que, en nuestro país, más del 50% de la población adulta poseía analfabetismo funcional, y más del 80% no era capaz de comparar, integrar, inferir ni calcular a partir de la información que leía. Resultados casi idénticos a los de la reciente encuesta PIAAC.
A pesar de esta realidad, a la fecha aún no se han implementado programas a gran escala que se hagan cargo de esta problemática, el sistema en general sigue hablando de habilidades y competencias específicas para el desarrollo de la fuerza laboral, sin considerar que las competencias básicas son el elemento clave del conjunto de competencias exigidas en cualquier trabajo, tal como ha señalado la OCDE en uno de sus recientes estudios.
Por lo tanto, si las personas no son capaces de entender instrucciones verbales o escritas sencillas, o son incapaces de interpretar información en cuadros o gráficos, ¿cuán efectivos pueden ser los planes de capacitación enfocados en conocimientos específicos sin antes haber nivelado las competencias básicas?
En este contexto, se vuelve necesario que tanto el Estado, como las empresas asuman esta problemática con sentido de urgencia y una nueva óptica, bajo la cual identifiquen y se hagan cargo de nivelar las competencias básicas en adultos, lo que no sólo mejorará su desempeño y productividad, sino que también su autoestima, empleabilidad y calidad de vida
Zdenka Astudillo Grte.Negocios del Mercado Laboral
Nuevo Sistema Educación
El modelo propuesto por la actual administración para hacerse cargo de la educación pública, esto es, las agencias locales, parece pertinente en lo metodológico, pero deja al menos dos interrogantes abiertas: Financiamiento comprometido y dotación prevista.
Sin esas respuestas sobre la mesa, se arriesga en el primer caso a seguir la huella de otras reformas que al poco andar evidenciaron problemas por no haber proyectado adecuadamente los costos y cargos. En el segundo caso, genera incertidumbre en miles de funcionarios que hoy trabajan en los DAEM y Corporaciones municipales de educación, que no saben a ciencia cierta cuál será su cabida en esa nueva figura.
No obstante el esfuerzo, interesante de suyo , nuevamente queda abierta la duda si este mecanismo ayuda a mejorar la calidad, o si ello se podría haber logrado sin alterar a medio Chile en el camino.
Nora Urtubia R. Docente de Educación Superior
Inclusión financiera
La inclusión financiera está en la agenda de políticas públicas de prácticamente todos los países. Hay pocas dudas sobre sus implicancias sociales. Un impacto positivo de la inclusión financiera dice relación con el sistema de pagos. La masificación y modernización de los instrumentos de transacción es un proceso que ha emergido con fuerza en los últimos años.
Pero los efectos positivos van más allá. Las empresas e instituciones del Estado también se benefician en la medida que simplifican sus procedimientos para el pago de remuneraciones y obligaciones con proveedores. Una transacción tradicional, vía efectivo o cheque, cuesta mucho más que una electrónica. Por ello la modernización del sistema de pagos conlleva un avance relevante en eficiencia y productividad.
Chile ha progresado mucho en esta materia, pero queda camino por recorrer. Si bien se han abierto millones de cuentas, ahora corresponde promover su uso. Poco se lograría si los nuevos titulares reciben su remuneración o pensión mediante un abono bancario y luego retiran su dinero para seguir usando efectivo en sus pagos cotidianos. Se requiere extender la red de establecimientos que admiten el pago con tarjetas u otros medios. Hoy está muy concentrada en comercios grandes o en sectores de ingresos medios o altos. Se requiere también más flexibilidad tarifaria.En suma, la inclusión financiera, más allá de sus implicancias sociales ampliamente reconocidas, conlleva beneficios económicos que deben ser perseguidos con buenas políticas públicas.
Enrique Marshall Vicepresidente de BancoEstado