Mabel González
La decisión de EE.UU. de abstenerse de votar una resolución adversa para Israel en el Consejo de Seguridad de la ONU y, con ello, permitir su aprobación, causó el rechazo categórico del Gobierno de Benjamin Netanyahu, que ahora teme que la comunidad internacional dé nuevos pasos en contra de los asentamientos judíos antes de que concluya la Administración de Barack Obama.
En una nueva muestra de las malas relaciones que mantienen actualmente ambos gobiernos, el embajador israelí en Washington, Rob Dermer, acusó ayer a EE.UU. de liderar "una banda" que condenó a su país en Naciones Unidas y aseguró que Israel expondrá las pruebas que posee de que la Casa Blanca orquestó una conspiración.
Indignación total
"Lo indignante es que EE.UU. estaba realmente detrás. Creo que fue un día muy triste, realmente un capítulo vergonzoso", señaló el diplomático en CNN, al referirse a la votación del viernes pasado en que el Consejo de Seguridad aprobó una resolución que condena la política israelí de asentamientos y exige su cese "inmediato y completo".
EE.UU., tras haber vetado en 2011 un documento similar, se abstuvo y permitió que el texto saliera adelante. Washington había protegido a Israel de condenas en el Consejo desde 1979.
En una reunión del Gabinete de Seguridad celebrada el domingo, los ministros de Netanyahu fueron advertidos de la posibilidad de que, tras la votación del viernes, los mensajes internacionales continúen y se intensifiquen. "Altos cargos en Jerusalén expresaron su preocupación de que el Presidente Obama dé un nuevo golpe diplomático a Israel antes de que acabe su mandato en tres semanas y media", afirmó la radio estatal Kol Israel, sin facilitar fuentes.
Negociaciones
Según ese medio, "el Gabinete de Seguridad trató sobre la posibilidad de que la Administración Obama promueva una resolución en el Consejo de Seguridad que establezca parámetros para reiniciar las negociaciones y para resolver el conflicto un día antes de la toma de posesión de Donald Trump", el Presidente electo de EE.UU.
La aprobación de una nueva resolución sería muy difícil de revertir aunque Trump deseara hacerlo, ya que requeriría una nueva mayoría en el Consejo.
Uno de los foros que podría escenificar un nuevo golpe contra la política colonizadora israelí es la conferencia para la paz en Medio Oriente, la cual reunirá a ministros de Exteriores de todo el mundo el 15 de enero en París. Allí podría impulsarse una nueva resolución en la ONU.
Israel teme que se trate de imponer un calendario y contenido de las negociaciones. Si bien las posturas internacionales son conocidas, estas no han sido fijadas antes en un documento del Consejo de Seguridad.
En el plano interno, Netanyahu está siendo presionado por la derecha de su país a abandonar la idea de dos Estados como solución, una propuesta que ha defendido por años, junto a la política de asentamientos en Cisjordania. Según recogió The New York Times, políticos y analistas creen que, después de la resolución del Consejo de Seguridad, esa "doble postura" deberá cambiar pronto, e incluso Naftali Bennett, líder del partido pro-asentamientos La Casa Judía en la coalición de Gobierno de Netanyahu, ha urgido al premier a tomar posiciones más extremas como la anexión de una parte de Cisjordania.
La polémica Ley de Regulación
Analistas consideran que el voto del Consejo de Seguridad reflejó, en parte, una historia de conflicto entre Netanyahu y Obama por los asentamientos judíos y el rechazo del premier israelí del acuerdo nuclear con Irán, según consignó The New York Times. Los expertos también apuntaron al respaldo cada vez más franco de Netanyahu al proyecto colonizador, lo que incluye la llamada Ley de Regulación, que legalizaría retroactivamente los asentamientos territorio palestino.