Ados años de una visita que fue con música de películas, la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile vuelve a Valdivia. El elenco que dirige Francois López-Ferrer está de vuelta y se presentará mañana en el Coliseo Municipal Antonio Azurmendy. Realizará un concierto educacional al mediodía y una presentación de gala a las 20 horas.
Esta vez la apuesta es por "Grandes clásicos de todos los tiempos", repertorio que considera las obras más emblemáticas de nueve compositores que son parte fundamental en la historia de la música selecta. En la lista están Wolfgang Amadeus Mozart con la Sinfonía N° 40, Ludwig van Beethoven con la Sinfonía N° 5 y Johannes Brahms con la Danza Húngara N° 5; además de Maurice Ravel y su Bolero.
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En general se trata de un programa orientado a todo público, que apunta al vínculo de la audiencia con piezas antes interpretadas por orquestas locales e incluso usadas como soporte de otras manifestaciones artísticas, como los dibujos animados o el cine.
Así al menos lo cree Pablo Matamala, director de la Orquesta Cifan, quien destaca la propuesta que trae la sinfónica. Y en particular la incorporación de la Sinfonía N° 9 del Nuevo Mundo de Antonín Dvorák al concierto. "Tiene un calibre superior y una línea melódica imponente. Siento que resume todo lo grande que fue el compositor, que además creó algo que es para poner a prueba a los músicos desde el punto de vista técnico".
Mauricio Alarcón, director de la Orquesta Sinfónica Infantil Juvenil de Máfil destaca la obra de Mozart y en particular su primer movimiento. "Es que el compositor la hizo en uno de sus períodos más brillantes y además usó una tonalidad que solo está presente en otra de sus obras. El primer movimiento es algo que todos conocen y se ha transformado como en el caballito de batalla de Mozart", dice.
Por último, Hugo Muñoz, director del Coro de la Universidad Austral de Chile recomienda como imperdible la Sinfonía N° 5 de Beethoven: "Es un compositor que rompió con los moldes y precisamente esta es una de sus obras más conocidas". Y si la idea es ver el desempeño completo de una orquesta, entonces hay que escuchar la obra de Ravel.
"Aunque es un solo tema que se va repitiendo todo el rato, pero al que se van sumando todos los instrumentos partiendo por la percusión. Es muy útil para ir viendo todos los tintes que puede tener una orquesta", explica Muñoz.