Descubren cómo se forman tejidos en los humanos mediante la utilización de un pez sudamericano
INVESTIGACIÓN. Científicos de la U. de Chile analizaron las células durante el desarrollo embrionario, proceso clave también para la formación de órganos.
Un pequeño pez que crece en charcos de Argentina, Brasil y Uruguay, llamado killifish anual, está ayudando a comprender cómo se mueven las células durante el desarrollo embrionario, un proceso fundamental para la formación de tejidos y órganos en humanos y otros seres vivos.
Germán Reig y Miguel Concha, investigadores del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, son los responsables de este estudio, cuyos resultados fueron recientemente publicados en la prestigiosa revista internacional Nature Communications.
El estudio nacional
La investigación demuestra de qué manera se organizan las células para dar forma al embrión. Los científicos descubrieron que la capa de células que cubre al huevo no sólo permite proteger al individuo, sino que también coordina los movimientos celulares para que el organismo vivo se pueda formar y desarrollar. "Este proceso es fundamental y podríamos compararlo con lo que ocurre cuando se construye una casa. Además de tener los ladrillos, se necesita tener movimientos coordinados para ensamblar las piezas", señaló a este medio Germán Reig, doctor en Ciencias Biomédicas de la U. de Chile.
Ambos investigadores trabajaron con un equipo multidisciplinario y utilizaron herramientas de ingeniería genética y microscopía avanzada para analizar la interacción de las señales químicas y mecánicas, así como su relación con los genes.
el pez de los charcos
El killifish sudamericano anual, que circula frecuentemente en los acuarios, ofrece amplias ventajas para la ciencia y el estudio del desarrollo: "Es una especie transparente que se desarrolla fuera del cuerpo de la madre. Tiene menos células que el pez cebra, empleado en este tipo de estudios, y sus movimientos ocurren de forma separada en el tiempo. Sus células son de gran tamaño y eso permite analizarlas en el microscopio y verlas en detalle", aseguró el académico Reig.
Las pozas en las que habita este pez sudamericano alcanzan su nivel máximo de agua en invierno. "Durante el verano, los charcos se secan y ahí mueren los adultos, pero sus huevos sobreviven y permanecen enterrados en el barro, deteniendo su desarrollo hasta la próxima etapa de lluvia", aseveró el doctor Reig.
Comprensión del cáncer
Según el doctor Concha, entender estos procesos de migración sería esencial para comprender otros fenómenos que involucren el movimiento celular, como la reparación de heridas o el desarrollo de metástasis, siendo este último punto de alta relevancia, ya que podría tener implicancia en el abordaje del cáncer.
"Determinar los mecanismos que hacen moverse a las células de un lugar a otro nos puede ayudar a entender mejor esta enfermedad. Sabemos que los tumores y las células cancerosas tienen propiedades mecánicas diferentes al tejido normal y que las señales del ambiente en que se desenvuelven son importantes para guiar estos procesos. Con este estudio podríamos descubrir cómo diseminar la patología en el organismo", afirmó el doctor Concha, académico y director del Laboratorio de Estudios Ontogénicos de la Universidad de Chile.
planes a largo plazo
El equipo investigador enfrentó múltiples desafíos, como la comprensión del envejecimiento y sus enfermedades asociadas, principalmente las de tipo neurodegenerativas como el Alzheimer. Así, los científicos chilenos trabajarán con un modelo de killifish africano anual que poseerá un ciclo de vida de tres meses. "La llegada de este modelo a nuestro país es una novedad. Implementaremos el bioterio, para su crianza y mantención, en dependencias de la universidad", concluyó el doctor Concha.
"Determinar los mecanismos que mueven las células de un lugar a otro nos puede ayudar a entender mejor esta enfermedad (el cáncer) ".
Miguel Concha, Científico del BNI, de la U. de Chile."