Donald Trump elimina dos consejos empresariales tras polémica racista
CHARLOTTESVILLE. El Mandatario, siempre cercano al mundo de los negocios, anunció su decisión vía Twitter. Sus dichos del martes por lo acontecido en Virginia minaron su respaldo republicano.
El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, disolvió ayer dos consejos de asesores empresariales que en los últimos días ya habían perdido a algunos de sus integrantes, quienes renunciaron por los polémicos dichos del Mandatario con respecto a los hechos de violencia racista ocurridos el sábado en Charlottesville, Virginia.
Sus primeras palabras al enterarse de que un extremista de derecha atropelló a varias personas durante una marcha supremacista, dejando a una fallecida y 19 heridos, causaron indignación ya que reprochó "a varios lados" y no condenó particularmente a los supremacistas. Y si bien el lunes rectificó sus palabras, al asegurar que "el racismo es el mal", ayer volvió a insistir en que "ambos bandos" deben ser culpados, apuntando tanto a los de extrema derecha como a los de izquierda, quienes se presentaron a protestar en la marcha.
Entre lunes y martes, un grupo de varios de sus asesores empresariales más cercanos, entre los que se incluyen los CEO de Merck, Under Armour e Intel, renunciaron a raíz de la polémica racista. Y ayer, el Presidente optó por eliminar por completo dos de sus foros de asesores para evitar nuevas renuncias. "Más que meter presión a los empresarios del Consejo de Fabricantes Estadounidenses y el Foro de Estrategia y Política, voy a acabar con ambos. ¡Gracias a todos!", anunció vía Twitter.
Aunque los consejos de asesores son órganos externos que generalmente desempeñan un papel meramente simbólico, la disolución de los dos principales foros empresariales supone un duro golpe para quien había prometido reactivar la economía y beneficiar a las compañías de EE.UU. Trump, además, surgió y siempre se ha mostrado cercano al mundo empresarial.
Cae su respaldo
El rechazo de los empresarios fue sólo la primera parte. Desde el martes, varias personalidades del partido republicano, al cual pertenece el Mandatario, han salido a criticarlo duramente por sus palabras. Sin mencionarlo, los dos expresidentes republicanos de EE.UU. que siguen vivos, George H. W. Bush (1989-1993) y George W. Bush (2001-2009), emitieron un comunicado en el que llamaban a "rechazar la intolerancia racial, el antisemitismo y el odio en todas sus formas".
Paul Ryan, el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, escribió en Twitter que "debemos ser claros. La supremacía blanca es repulsiva. Este fanatismo es contrario a todo lo que representa este país. No puede haber ambigüedad moral".
A ellos se sumó el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, quien señaló que "no podemos tener ninguna tolerancia con una ideología de odio racial. No hay neonazis buenos y aquellos que comparten sus ideas no apoyan los ideales y libertades estadounidenses".
Más duro aún fue el senador republicano Lindsey Graham, quien advirtió a Trump de que sus palabras "están dividiendo a los estadounidenses" y rechazó que haya una "equivalencia moral" entre los supremacistas blancos y los contramanifestantes.
Las críticas se han colado incluso en la Casa Blanca: el diario The New York Times informó de que uno de los principales asesores del Mandatario, el director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, quien es judío, está "profundamente molesto" y "disgustado" por el tema, aunque no planea abandonar su cargo.