Los hombres pueden sufrir depresión postparto, según estudio
PATERNIDAD. El cambio en los niveles de testosterona tras la llegada de un nuevo integrante al hogar conlleva importantes efectos en la familia.
La depresión postparto es una enfermedad que siempre ha sido asociada a las mujeres. Sin embargo, un estudio demuestra que los hombres tienen un riesgo aún más alto de padecerla, en caso de que su nivel de testosterona caiga tras la llegada de la guagua.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad del Sur de California (USC), fue publicado en la revista Hormones and Behaviour a principios de este mes y también estipula que la baja testosterona de un padre puede afectar a su pareja, pero de una manera inesperadamente positiva.
Las mujeres cuyos compañeros tenían niveles más bajos de testosterona luego del parto reportaron menos síntomas de depresión en ellas mismas nueve y 15 meses después del nacimiento.
Los altos niveles de testosterona tuvieron el efecto opuesto. Los padres cuyos niveles aumentaron enfrentan un mayor riesgo de experimentar estrés debido a la crianza de los hijos y un mayor riesgo de actuar hostil -como mostrar agresión emocional, verbal o física - hacia sus parejas.
Según Darby Saxbe, la principal autora del estudio y profesora asistente de sicología enla facultad de Letras, Artes y Ciencia de la USC, los hallazgos respaldan estudios anteriores que muestran que los hombres sí tienen respuestas biológicas a la paternidad.
"A menudo pensamos que la maternidad es biológicamente impulsada porque muchas madres tienen conexiones biológicas con sus bebés a través de la lactancia materna y el embarazo. Por lo general no pensamos en la paternidad en los mismos términos biológicos. Todavía estamos descubriendo la biología de lo que hace que los papás hagan click", aseguró Saxbe.
"Sabemos que los padres contribuyen mucho a la crianza de los hijos y que, en general, los niños mejoran si son criados en hogares con un padre presente. Por lo tanto, es importante averiguar cómo apoyar a los padres y qué factores explican por qué algunos padres están muy involucrados en la crianza de sus hijos, mientras que algunos están ausentes", agregó.
El estudio
Para el estudio, los investigadores examinaron datos de 149 parejas en la Red de Investigación de Salud Infantil Comunitaria del condado de Lake, Illinois, al norte de Chicago.
Las madres en el estudio tenían de 18 a 40 años y fueron reclutadas cuando dieron a luz a su primer, segundo o tercer hijo. Las madres podrían invitar al padre del bebé a participar en el estudio también. De los padres que participaron y proporcionaron datos de testosterona, el 95 por ciento vivía con las madres.
Los entrevistadores visitaron a las parejas tres veces en los primeros dos años después del nacimiento: cuando el niño tenía dos, nueve y 15 meses, respectivamente. En la visita de nueve meses, los investigadores dieron a los padres kits de muestras de saliva y tomaron sus muestras tres veces al día para controlar sus niveles de testosterona.
Los participantes respondieron a preguntas sobre síntomas depresivos basadas en una medida ampliamente utilizada, la Depresión Postnatal de Edimburgo. También informaron sobre la satisfacción de sus relaciones, el estrés de ser padres y si estaban experimentando alguna agre-sión de pareja. Las puntuaciones más altas en esas medidas indicaban una mayor depresión, más estrés, más insatisfacción y mayor agresión.
Relativamente pocos participantes, tanto padres como madres, fueron identificados como clínicamente deprimidos, lo que es típico de una muestra de la comunidad que refleja la población en general.
Resultados
Los niveles de testosterona de los hombres estaban relacionados con los síntomas depresivos propios y con los de sus parejas, pero en direcciones opuestas para hombres y mujeres. Por ejemplo, la menor testosterona se asoció con más síntomas en los papás, pero menos síntomas en las madres. El vínculo entre los niveles de testosterona de sus parejas y su propia depresión fue mediada por la satisfacción de la relación. Si se emparejaban con compañeros de testosterona baja, las mujeres reportaron mayor satisfacción con su relación, lo que a su vez ayudó a reducir sus síntomas depresivos.
Por otro lado, los padres con niveles más altos de testosterona informaron más estrés debido a la crianza y sus compañeras reportaron más agresividad en la relación.
Para Saxbe, quien dijo que se necesitan más estudios en esta materia, una de las razones de estos comportamientos "puede ser que los padres con menos testosterona estuvieran pasando más tiempo cuidando al bebé o que tuvieran perfiles hormonales más sincronizados con las madres. Para las madres, sabemos que el apoyo social amortigua el riesgo de la depresión posparto".