31 de octubre
El reformador no estaba solo, su familia se hizo parte de la Reforma.
El 10 de septiembre se llevó a cabo él Tedeum en la Catedral Evangélica de Santiago. Una ceremonia religiosa que, de acuerdo a lo informado, estuvo marcada por duras críticas hacia algunos proyectos de ley propiciados por el Gobierno. Esto último generó molestia -y como consecuencia inmediata, el ministro del Interior anunció la suspensión de la ceremonia que el día 31 de octubre se realizaría en la Moneda, como conmemoración a los 500 años de la Reforma Luterana.
Triste desenlace, puesto que, existen muchas corrientes bajo el alero de "Iglesias Evangélicas", siendo una de ellas la que emergió producto de la publicación de las 95 Tesis, por parte de Martín Lutero, en las puertas de la Catedral de Wittemberg. Con esa acción, el Doctor Lutero pretendía generar una instancia de discusión frente a una serie de problemáticas que afectaban negativamente a la sociedad, razón por la cual se hacía imperioso generar una reforma al interior de la Iglesia Cristiana de Occidente, siendo uno de los aspectos más relevantes del planteamiento de Lutero, la importancia de los evangelios. Hito que jamás hizo prever la secuencia de acontecimientos que se sucederían y que terminarían con la Paz de Augsburgo en 1555, también llamada "paz de las religiones", por medio de la cual se estableció que, "a cada reino su religión", siendo el príncipe el determinante en la confesión religiosa de su territorio. El mundo había cambiado y nuevos poderes políticos y económicos emergieron al alero de una Europa Reformada. Así también, fueron emergiendo una serie de iglesias influenciadas, por un lado, por la necesidad de reforma, y por otro, vinculada con el espíritu nacionalista que se asentaba en Europa y más tarde, en América.
Los acontecimientos del día domingo, cuestionables o no, no pueden afectar esa mirada que en 1517 tuvo no sólo Martín Lutero, sino que aquellos que lo precedieron y quienes lo acompañaron, como su esposa, Catalina von Bora, quien formó parte del grupo de las llamadas "monjas de Nimbschen", quienes escaparon, según la historia hacia Wittenberg, ocultas en un carro de pescado. El reformador no estaba solo, su familia se hizo parte de la Reforma y Catalina no era la única mujer que, en forma protagónica, defendió la Reforma y a sus implicancias.
Por ello, más allá de una situación puntual, el 31 de octubre, 500 años tras el inicio de un proceso cuyas consecuencias vivimos día a día, es el momento de reflexionar sobre lo que ha significado para el mundo occidental. Por ello, así como fue un 31 de octubre de 1517 debe ser un 31 de octubre de 2017 un momento de encuentro, no eliminando la conmemoración que el Gobierno había proyectado realizar.
Lorena Liewald Dessy Directora del Departamento de Pedagogía USS Valdivia