Hace pocos días, distintos líderes del sector privado regional se reunieron en el primero de tres diálogos sobre la marcha productiva de Los Ríos, convocados por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Austral y el Comité Nueva Región, en el marco de la celebración del décimo aniversario regional.
De su conversación surgieron varias conclusiones importantes sobre las cuales es necesario reflexionar. En especial la que plantea un llamado a valorar la vocación forestal de este territorio, su aporte a la generación de empleo, su verdadera dimensión en materia de exportaciones, el enorme potencial que tiene para crecer y las críticas que caen sobre él debido -aseguran los actores del rubro- a la falta de información real respecto del funcionamiento industrial y a los prejuicios que ese desconocimiento teje.
En los grandes números la actividad silvícola ocupa el primer lugar en el tejido económico, asociado a la extracción de madera y producción de celulosa. De él dependen más de 5 mil puestos de trabajo y su generación anual bordea los 500 millones de dólares en productos exportables, que salen principalmente por puertos del Bío Bío.
El 58,6% de la superficie regional se encuentra cubierta por bosques. De acuerdo a datos del Instituto Forestal, Infor, 445 mil hectáreas de ese total corresponden a bosque nativo protegido y otras 415 mil hectáreas a bosques nativos productivos. Además, hay 183 mil hectáreas de plantaciones (mayoritariamente pino) y 120 mil hectáreas de suelo forestal sin plantar; junto con casi 100 mil hectáreas correspondientes a zonas de Áreas Silvestres Protegidas.
Desde esos espacios se extrae anualmente 5 millones de metros cúbicos de madera, de los cuales el 81% es para la industria y el 19% para leña. La primera se abastece de plantaciones; la segunda, fundamentalmente de nativo.
Ese nivel de resultados nos es igualable por ninguna de las otras actividades locales. Por lo mismo, bien se puede hablar de una Región Forestal.
Asumir esa identidad, sin embargo, implica también un gran compromiso con la sustentabilidad.
Esas tareas, sin dudas, son desafíos para los próximos años de ésta, aún muy joven, Nueva Región.