Juan Vargas Oñate
Sin vida y dentro de una zanja con agua, de cuatro metros de profundidad, fue hallado ayer Ramón Hernán Espinoza Jara, de 52 años de edad, conocido cariñosamente como "El Chuto", quien estaba desaparecido desde el pasado lunes, en Panguipulli.
La zanja donde estaba el cadáver era una entre otras 12 -también con aguas lluvia- que hay en un sitio eriazo, donde recientemente una empresa hizo un estudio de terreno. El área se ubica a unos cien metros de la población Los Presidentes, donde vivía Espinoza.
El hallazgo lo hizo el Gope de Carabineros, alrededor de las 11 horas, cuando realizaba una búsqueda en el lugar a requerimiento del fiscal de turno en esa jurisdicción, Alejandro Ríos. La acción fue ordenada luego que la familia hiciera, el pasado viernes, la denuncia por presunta desgracia.
UN LáPIZ Y UN GORRO
El personal del Gope que rastreó el área descubrió que en una de las zanjas flotaban un lápiz y un gorro, por lo que decidieron descender apoyados con cordeles. Bajo el agua y pegado casi al fondo por el lodo estaba el cuerpo del hombre desaparecido.
Lo sacaron a la superficie y sus restos, así como sus ropas, fueron reconocidos de inmediato por sus hermanos y otros familiares que participaban en el rastreo del sector.
Carabineros dijeron que aparentemente el cuerpo no mostraba lesiones atribuibles a terceras personas, por lo que se presume que pudo caer accidentalmente a la zanja.
El fiscal Ríos dispuso que el cuerpo fuera trasladado hasta el Servicio Médico Legal de Valdivia, para la autopsia.
Familiares de Espinoza contaron que lo buscaban desde el lunes y que incluso recurrieron a una vidente, que había afirmado que el cuerpo de Ramón Espinoza, estaba al fondo de una quebrada, cerca de su casa.
Ramón Espinoza, "El Chuto", era un conocido y querido vecino de en Panguipulli, especialmente en la población Los Presidentes y en la calle Salvador Allende, donde vivió con sus hermanos. Tenía 52 años, y trabaja en "pololitos" para ganarse honradamente la vida. Ligado al fútbol desde muy pequeño, pertenecía al Club Cóndor y había sido jugador, árbitro y guardalínea. Su inesperada muerte causó hondo pesar. Su familia y amigos piden que ahora la justicia aclare bien las circunstancias en que falleció.
"El Chuto" era un querido vecino