Un hombre que no quiere enfrentar un problema que no tiene solución inicia un viaje de autodestrucción por los rincones de una ciudad que parece amable. Esta es la base de "Brutal", cortometraje con el cual Cristóbal Durán vuelve a la pantalla. Y lo hace con un relato donde pone de manifiesto su interés creativo por explorar en los límites de seres humanos sumidos en sus propias desgracias.

"Me interesa mostrar el lado oculto de las personas, el lado íntimo, algo que no vas a encontrar en las relaciones sociales, ni en la vida común. Todos viven con sus propios demonios y a veces los ambientes de las ciudades no ayudan mucho a controlarlos", explica.

Paso a paso

Antes de la obra final, el cineasta realizó 16 versiones del cortometraje, sometiéndolo a diversos cambios fundamentales. "Escribí el guión considerando diálogos, pero me percaté que algunas cosas funcionaban mejor si las contábamos sin palabras y dándole más importancia a las acciones del protagonista y su entorno. El valor cinematográfico de mis películas está en el montaje, que considero fundamental para hacer que no todo sea tan obvio para el espectador", dice.

Durán tiene un extenso curriculo vinculado a la dirección de video clips. Por ello, el uso de la música es algo casi natural en su nueva obra. También lo es trabajar nuevamente con el actor Carlos Tampe. "Él se enganchó desde el principio con la historia y como no teníamos presupuesto para el rodaje, decidimos hacer un trailer para luego buscar recursos, pero nos dimos cuenta de que ya teníamos la película lista. Por eso agregamos un par de escenas y escogimos a una coprotagonista, que resultó ser la actriz Belén Rojas, que nos ayudó a construir esta historia de una relación que poco a poco se va quebrando, hasta que desaparece".

"Brutal" tiene música original de Durán y de las bandas Degotten y Niebla Experimental Trío. Y como locaciones el camino a la costa, Niebla y el otrora Bar Independencia, donde el director grabó una tocata thrash metal que en cierta forma sirvió de trasfondo para la génesis del proyecto. El cortometraje fue seleccionado para la Ventana del Cine Austral y se podrá ver en una misma función junto a otras tres obras regionales (ver recuadro). La cita será el sábado a las 20:30 horas en el teatro municipal Lord Cochrane.

Daniel Navarrete Alvear

Para Francisco Reyes fue su primer largometraje. Había entrado al mundo de la televisión un año antes, cuando en 1990 Raúl Ruiz lo eligió para una película con la que pretendía mostrar el Chile de aquel entonces. Dice que el célebre cineasta lo miró de pies a cabeza y simplemente dijo: "Está bien". Ese fue el casting con el que entró a "La telenovela errante" y una de las anécdotas desempolvadas en un encuentro para celebrar al realizador y a la que era su emblemática película perdida.

"La telenovela errante" fue hecha durante una semana y por razones presupuestarias nunca se terminó. El material permaneció en la Universidad de Duke en Estados Unidos y posteriormente fue donado a la Cineteca Nacional y el guión, escrito a máquina, estuvo en el departamento que Ruiz y su esposa, Valeria Sarmiento, tenían en París. Al enterarse de esto, la actriz Chamila Rodríguez (una de las principales divulgadoras del legado del cineasta) y su pareja, el realizador y montajista Galut Alarcón, decidieron construir el filme. Así, se hicieron cargo del montaje y la postproducción.

Los secretos

El largometraje fue estrenado en el Festival de Cine de Locarno en una sala para tres mil espectadores y obtuvo dos premios. "Fue impactante verme por primera vez en la película y en una actuación tan fresca. Me encantó volver a ese momento y a los recuerdos de lo que significó ese trabajo", explica Reyes, que junto a Chamila Rodríguez y Luis Alarcón, llegó para promover la obra que por primera vez tuvo una exhibición en Chile como parte del 24° FICValdivia.

"No es fácil entender a primera vista el espíritu de Raúl y su capacidad creativa. Realmente parece ser de otro mundo. Era una persona enigmática y con un gran sentido del humor. 'La telenovela errante' fue la última vez que trabajamos juntos, pero siento que todo lo que hicimos con anterioridad pertenece a un mismo concepto, a una gran amistad y una sola gran película. Siempre me preguntan por el método de Ruiz y siento que lo que lo define es la falta de método", explica Luis Alarcón. Y agrega: "Él era un acumulador de conocimientos, una persona muy generosa y hacer 'La telenovela' fue como haber estado de vacaciones". Asimismo, Francisco Reyes, concluye: "Siempre estuvo concentrado en su arte. Nunca en hacer las cosas por esperar un reconocimiento. Su norte siempre fue contar historias, relacionarse con las personas y nos sabía leer muy bien a nosotros, sus compañeros de trabajo, en esa búsqueda de nuestras capacidades para reflejar la sociedad chilena".

Para Chamila Rodríguez, Raúl Ruiz fue un caballero. "Nunca resolvía los problemas con malos tratos. Además, veía el cine como si fuera una receta de cocina en la que mezclaba distintos elementos para un plato final. Fue exquisito trabajar con él".

El filme por dentro

El realizador Pablo Martínez tuvo la oportunidad de registrar el rodaje de la película de Raúl Ruiz.

Incluso su labor fue considerada en algunas escenas en las que aparece como figurante. "Que Raúl viniera a Chile a filmar fue noticia para los diarios. Así nos enteramos y nos decidimos a ir a ver lo que estaba haciendo. Nunca fue muy amigo de los making off, pero nos dejó entrar sin problemas al lugar donde estaba filmando. Hicimos todo sin ninguna restricción, lo que fue bastante sorpresivo", explica Martínez, quien decidió tomar las cientos de horas de grabación y las editó en el documental "Exote: la filmación de La Telenovela Errante" de 74 minutos de duración. Antes, el material estuvo guardado por más de dos décadas esperando una justificación para su utilización. Así lo reconoce el director: "Nunca pensé que valiera la pena, hasta que me percaté que eso no era una decisión personal. Éticamente hablando, debía hacer algo con el registro sobre una filmación tan importante como la de Raúl".