En el Cementerio Municipal N° 1 de Valdivia descansa la historia local
PATRIMONIO. El recinto conserva más de 14 mil sepulturas. Entre ellas, las de personas que contribuyeron al desarrollo local y de otras que perdieron la vida en tragedias que aún impactan.
Como cada 1° de noviembre, las hermanas María y Luzmira Canales acudieron ayer a visitar la sepultura de su madre Rosa Saravia en el Cementerio Municipal N° 1 de Valdivia. Más tarde, continuando la tradición familiar, se dirigieron al mausoleo de Serafín Rodríguez Pincheira, "San Serafín".
Esa tumba es una de las más visitadas, porque la tradición popular dice que "Serafín es milagroso" y honra su memoria recordando su historia de amor filial: fue fusilado en la cárcel de Valdivia el 6 de septiembre de 1906, por el asesinato de Juan José Gunther, su esposa y el hijo pequeño de ambos (llamado Felipe), ocurrido en Gorbea. Pero era inocente. Se inculpó para proteger a su hermano menor, Julio.
"Vengo una o dos veces al mes con las nietas a ver a mi mamá, y siempre reservamos un ramo de flores para san Serafín", contó María Canales, asegurando que pide la intercesión del "santo" para mantenerse bien de salud y por el buen desempeño escolar de las niñas.
Rosita Miranda es una de las menores. Tiene 10 años y es la cuarta generación de devotas de Serafín en su casa. "Estoy con mi hermanita Sofía, que tiene siete años y siempre venimos a dejar flores a san Serafín. Mi abuelita quiere que sigamos viniendo y aquí me siento en paz y tranquilidad", contó la niña.
Luzmira Canales añadió que el hombre al que el pueblo transformó en santo, concede favores y hace milagros. "Mi madre venía siempre y yo la acompañaba. Yo podía ver que se mantenía sana, lo que me indicaba que san Serafín sí le cumplía lo que le pedía", dijo.
Guardián de la historia
Además de la familia Canales, ayer llegaron al Cementerio Municipal N° 1 de Valdivia miles de personas (ver recuadro), quienes pudieron visitar a sus deudos y recorrer el recinto, que pronto cumplirá 100 años.
Entre las cerca de 14 mil sepulturas del camposanto descansan los restos de personajes que formaron parte de la historia local y nacional.
En el mausoleo de los misioneros capuchinos, se encuentra una decena de religiosos europeos que se instalaron en el sur del país y llevaron el evangelio de Jesús a los mapuches, al tiempo que se interesaron en su cultura. Uno de éstos fue fray Félix José de Augusta (Augsburgo, Alemania, 1860-Valdivia, 1935), quien escribió una Gramática Araucana (1903) y un Diccionario Araucano-Español y Español-Araucano (1916).
En el panteón de las religiosas de la Inmaculada Concepción y en uno de los nichos fue sepultado monseñor Augusto Klinke (Barzdorf, Imperio Austrohúngaro, 1870-Valdivia, 1932), quien asumió como gobernador eclesiástico de Valdivia en 1910, cuando este territorio dependía del obispado de Ancud; más tarde, se convirtió en su primer administrador apostólico (1924-1928).
Personalidades
El camposanto conserva los restos de innumerables servidores públicos. Allí están -a modo de ejemplo- los nombres de Francisco Ramírez Soto, quien fue regidor (1935-1938, 1938-1941, 1950-1953 y 1953-1956) y alcalde (1941-1944, 1944-1947), durante cuya administración se realizó una gran cantidad de obras de adelanto; Santiago Dervis Ojeda, regidor entre los años 1947 y 1950 e intendente provincial (1951-1952); y Jorge Sabat Gozalo, médico -que fue conocido como "el doctor de los pobres", por haber atendido a centenares de personas sin cobrarles-, regidor (1960-1963), concejal (1992-1996 y 2000-2004), alcalde (1963-1967, 1967-1968 y 1996-2000), y diputado (1969-1973).
También están sepultados el general de Ejército Alfonso Cañas Ruiz Tagle, quien cumplió una destacada labor como jefe de plaza e intendente de la provincia de Valdivia, tras el terremoto del 22 de mayo de 1960, asignándosele la facultad de disponer y coordinar el trabajo del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea; y el escritor y periodista Fernando Santiván, quien recibió el Premio Nacional de Literatura en 1952 y el Premio Municipal de Extensión Cultural y Artística de Valdivia (1965), entre otros galardones.
Memoriales
En el acceso principal, se levanta un monolito bajo el cual existe una bóveda que conserva los restos de algunas personas sepultadas en el cementerio antiguo, ubicado a un lado del parque Harnecker.
El recinto también alberga -en el mausoleo del Ejército- a los 12 músicos del Regimiento Caupolicán que murieron el 28 de febrero de 1931 en el lago Llanquihue, luego de que la lancha que los transportaba chocara con un vapor, en el contexto de la visita de los príncipes de Inglaterra Eduardo de Gales (futuro rey Eduardo VIII) y Alberto de York (posteriormente, rey Jorge VI).
Y muy cerca del acceso por calle Don Bosco, se encuentra el memorial de las víctimas de la represión del gobierno militar, consistente en una escultura que muestra una mano que da cobijo a una paloma.