Verano y dietas
Comienza el verano y con él la idea de perder rápidamente kilos de más. Esto impulsa a muchas personas a consumir medicamentos de forma desesperada, muchas veces sin indicación y guía de un profesional capacitado, lo que puede repercutir gravemente en su salud.
En nuestro país, existe un arsenal terapéutico limitado para el tratamiento de la obesidad, entre ellos destacan el Orlistad, la Fentermina, la Lorcaserina. Sin embargo, es la Fentermina el más consumido por la población chilena, según lo indica el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), quien recientemente informó que las ventas de este fármaco han aumentado sostenidamente en los últimos cinco años.
Sólo el año pasado, su venta se incrementó en un 13,5%, es decir 100.000 cajas más que el año anterior, lo que preocupa a la autoridad sanitaria.
El ISP realizó un llamado a la comunidad médica a tomar conciencia sobre la importancia de emplear con moderación los medicamentos que contienen este principio activo, por su gran potencial de abuso y por el síndrome de abstinencia que puede causar.
Además, se insta a la comunidad a no adquirir estos medicamentos en lugares no autorizados, como por ejemplo, a través de Internet, debido a que los fármacos ofrecidos por esta vía no cuentan con supervisión de un químico farmacéutico, pudiendo tratarse de productos falsificados que pueden generar graves daños al consumidor.
Valeria Jorquera Escuela Química y Farmacia U. A.B.
Profesor Artés
Muchos ven con preocupación que alguien con las ideas de Eduardo Artés sea candidato presidencial. A mí me preocupa mucho más -y angustia- que haya sido profesor por 33 años.
Javier Labrín labrin.jofre@gmail.com
El Estado y la visita del Papa
Ante la polémica por los costos de la visita del Papa en enero próximo y el argumento de que el Estado chileno es laico, por lo que no le corresponde financiar iniciativas religiosas de grupos determinados, la discusión confunde la neutralidad del Estado con la miopía de la realidad.
No sólo se trata del representante de la religión que ha sido fundamental en el devenir histórico de la nación, parte constitutiva de su identidad y a la que pertenecen mayoritariamente los chilenos, sino que, además, con la que el mismo Estado se encuentra en deuda, por los valiosos aportes educacionales que han brindado al país sus prestigiosas universidades y extensas redes de colegios, junto con las más emblemáticas instituciones de caridad que desinteresadamente han ido en socorro de los olvidados y descartados, a los que el mismo Estado no ha sido capaz, en muchas ocasiones, de amparar. A esto se debe sumar, sin duda, su valiente defensa por los Derechos Humanos de los perseguidos en épocas recientes.
Que el Estado otorgue recursos para la venida del Papa no le quita su carácter laico, al contrario, lo reafirma, puesto que no está adhiriendo a un credo, sino sólo reconociendo un hecho real, que es la importancia que ha tenido y tiene para el país esta religión.
Francisco Javier Tagle Montt Prof. Fac. ComunicaciónU.Andes
No quiero que venga el Papa
¿A qué viene el Papa, qué pude hacer que la Iglesia chilena y sus obispos no puedan realizar? Confirmar nuestra fe se puede hacer sin él, dar un mensaje según el espíritu, anunciar el Evangelio y la persona de Jesucristo, para todo ello no es imprescindible.
No quiero que venga el Papa porque los ánimos no están para que venga.
Hay una opinión pública que no sé si es mayoritaria, pero es bastante estridente, que reclama con voz engolada o por escrito, que Chile es un país laico y que las religiones no tendrían el derecho a emitir sus opiniones públicamente; lo anterior no pasa de ser una "patudez", ya que en su ordenamiento jurídico no se afirma la laicidad del Estado en ninguna parte, con ignorancia o mala fe se equipara la separación de la Iglesia del Estado a haber, por arte de magia, establecido un Estado laico.
Además que no sólo el número de católicos ha decrecido, también su formación religiosa.
No tiene sentido que venga el Papa ya que la recuperación del prestigio de la iglesia debe hacerse desde aquí, paso a paso, sin prisas pero sin pausa. Será muy difícil pues deberá hacerse en medio de la ofensiva lingüística que cambia el sentido de la realidad y presenta como negativo, conservadores e inhumanos los valores de la Iglesia, la ridiculización de lo sagrado y consiguiente deslegitimación hace rato que están entre nosotros; quienes protestamos nos arriesgamos a ser excluidos y sufrir las miradas y gestos despectivos ya que nos volvimos unos 'tontitos' que aún tienen fe.
Todo ello por defender la verdad biológica, o el derecho de los padres a ser educadores naturales de sus hijos.
Por último, el viaje es muy caro, la jerarquía no ha hecho la pega y el mismo Papa se permitió ofender al rebaño de Osorno, por ser "unos tontos que siguen a los zurdos".
Rodrigo Larraín Académico U. Central