Muerte niña de Sename
El caso de Daniela Vargas no ha dejado a nadie indiferente. Falleció por insuficiencia cardiaca, 16 días después de quedar fuera de la lista de trasplantes, decisión tomada por el equipo de la Red de Salud UC Christus. Su caso se vuelve más triste al darnos cuenta de que ella se encontraba a cargo del Servicio Nacional de Menores y que las razones aducidas por la entidad médica se referían a su "precariedad social, familiar y personal", agregando que "Daniela no tenía en ese momento las condiciones mínimas necesarias para los cuidados pre y post operatorios, por lo tanto el trasplante cardíaco estaba contraindicado."
La muerte de Daniela es el reflejo de un sistema, a cargo del Estado de Chile, que no funciona, que es incapaz de asegurar la salud de los niños, niñas y adolescentes que están a su cargo por vulneración de sus derechos. Como sistema, no tiene solo un elemento que falla, podemos identificar toda una cadena de situaciones que no tenemos resueltas: desde la prevención de la desarticulación familiar, el Estado no invierte en programas que apoyen a mantener las familias como núcleos protectores de situaciones de abandono o abuso.
Desde el sistema legal identificamos falencias en los diagnósticos de los niños que llegan a Sename: faltan abogados que litiguen de manera independiente al Estado por cada niño que es evaluado por el Servicio Nacional de Menores, mientras que el proyecto del Defensor del Niño no incorpora la representación jurídica autónoma del Estado.
El llamado final es a mantener la preocupación por la infancia más vulnerable y vulnerada, por los niños, niñas y adolescentes en manos del Estado que requieren de un sistema que realmente garantice sus derechos.
Por Raúl Perry Fundación San Carlos de Maipo
Tercerización
Con la entrada en vigencia de la nueva reforma laboral, la tendencia hacia la tercerización de las actividades de las compañías aumentará lo que impactará directamente a las empresas en el control de los costos y productividad de los servicios de sus proveedores.
Se ha demostrado que una empresa que externaliza sus actividades puede ser desde 20% más eficiente y productiva, lo que les permite incluso reducir sus costos. De este modo, el formato de "contrato de prestaciones de servicios a terceros" se ha transformado en un protagonista, cobrando cada día más importancia, de las medidas de control de los costos y productividad de este tipo de servicios.
Una mala administración de este recurso podría generar pérdidas por más del 100% de la inversión inicial. De hecho el 60% de los litigios entre empresas se debe a mala gestión y/o administración de los contratos.
En países desarrollados como Alemania la subcontratación es alta, existe fiscalización y regulación permanente de los servicios. Lo que permite que las compañías tengan altos estándares de control internos para mitigar los riesgos de sobrecostos e improductividades para los servicios externalizados por las empresas del país. Un ejemplo que las grandes empresas en Chile deberían tomar.
Eugenio Cepeda Gerente general de Sourcin
Mayores y desigualdad
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en un informe de octubre pasado, constató que las desigualdades en los ingresos se están ensanchando con las nuevas generaciones. Si bien hasta ahora las condiciones económicas mejoraban globalmente, advierte que las desigualdades respecto de las personas mayores crecerán en los próximos años.
Nuestra población está envejeciendo y en pocos años más este fenómeno se hará más visible y dramático, ya que los beneficios, espacios y pensiones serán críticos para acoger en forma digna a nuestros adultos mayores.
Según un estudio de la Fundación Sol la mitad de los trabajadores recibe un salario líquido inferior a 350 mil pesos. Ese dato implica que el ingreso promedio, -situado en 517 mil pesos- no sirve como un referente de lo que enfrenta la mayoría de los chilenos. Entre hombres y mujeres, para ellas la situación es aún más grave: la mitad de las mujeres recibe un salario inferior a 300 mil pesos. Frente al resultado de este estudio, el ahorro logrado al final de la vida activa laboral, no permitirá obtener una pensión digna para enfrentar los años del anhelado y merecido descanso.
El aumento de las desigualdades en los ingresos de los adultos mayores, también tiene su origen en otros factores que no les permiten generar ahorros en forma permanente, como por ejemplo, una menor educación, períodos de cesantía, sueldos y contratos laborales precarios y si a esto agregamos aquellos que han sido trabajadores por cuenta propia (número importantes entre los ocupados) y que jamás han aportado fondos para una pensión en su vejez, los ingresos obtenidos se traducirán en pensiones insuficientes.
Chile es el país con la mayor esperanza de vida de toda América Latina, pero debe prevenir que esta desigualdad siga profundizándose. La educación de las nuevas generaciones sobre la previsión frente a las pensiones puede ser un camino. Y si comenzamos a caminarlo hoy, será posible acortar la brecha de desigualdad con los adultos mayores.
Sergio Urrutia Docente Fac.Economía U. Central