Domingo 12 de noviembre. El gol del "Curri" en el minuto 65 en el estadio La Portada de La Serena fue un desahogo. Deportes Valdivia se colocaba arriba por 2 a 1 y soñaba con mantenerse en la Primera B del fútbol chileno. Luego de media hora de espera y con el empate 1-1 entre Iberia y San Marcos de Arica, el Torreón aseguró su permanencia en la división. De paso, Dagoberto Currimilla entraba en la historia del club, como goleador albirrojo en el torneo de Transición.
Hoy, el ex seleccionado y mundialista chileno juvenil en el tercer lugar de Canadá 2007 traza las líneas de su futuro deportivo y no duda en asegurar que su deseo es continuar defendiendo los colores del Torreón.
"La primera opción para continuar la tiene Deportes Valdivia. Estamos conversando con José Gandarillas (presidente del club) para seguir, porque quedé con la sensación de que se podía hacer algo importante y pelear más arriba. Quedamos en deuda, quiero quedarme, porque me sentí muy cómodo, pese al sufrimiento. Me siento en mi casa, tengo mucha familia acá, me gustar estar en Valdivia y sueño con quedar en la historia grande del club, ojalá con un título o un ascenso", señala el jugador.
Como hombre de la zona, Dagoberto Currimilla tiene a gran parte de su familia en Valdivia y en la comuna de Paillaco, en el sector de Huichahue. Además, es propietario de un campo en Itropulli.
Ad portas de cumplir los 30 años -el próximo 26 de diciembre- el regreso a la tierra de origen es una alternativa que está en sus prioridades. Y quiere aprovecharla.
"esperaba más"
¿Cuál es tu balance de esta temporada en Valdivia?
-De mucho sufrimiento en lo deportivo y al final, con la sensación de haber logrado un objetivo importante, pero que no el que quería cuando llegué. Pensaba en algo más grande, al menos estar entre los cinco primeros, que era lo que esperaba después de las primeras semanas de entrenamiento. Porque veía que teníamos plantel para algo mejor. Mi primer partido, contra Cobreloa, lo jugamos de igual a igual y pudimos ganar. En las primeras semanas tenía esa sensación, de que se podía pelear arriba.
¿Qué pasó entonces?
-Bueno, nos empezó a costar mucho hacer goles y esa fue la falencia del equipo: concretar las situaciones que nos creábamos. Muchas ocasiones desperdiciadas nos terminaron costando partidos que perdíamos por uno o dos goles. Así, el equipo fue decayendo en la parte anímica, pese a ser mejor que muchos rivales.
¿La baja anímica fue muy grande?
-Sí, porque empiezas un partido, llegas y no concretas. Empiezas a pensar que otra vez pasa lo mismo, que te hacen un gol y no puedes remontar el resultado. Los rivales comenzaron a tomarnos la mano, esperaban, hacían el gol y se iban para atrás. Nuestra gran falencia fue el finiquito. El mejor reflejo de eso es que fui el goleador del equipo, pese a ser lateral derecho.
El "mortero"
¿Cómo influyó la llegada de Jorge Aravena a la banca?
-Creo que con tan poco tiempo de trabajo, donde más influyó fue en la parte anímica, porque el equipo estaba con la frustración de trabajar bien y no tener resultados. El profe (Aravena) nunca perdió la fe en nosotros, siempre pensó que íbamos a salir adelante y eso se lo transmitió a todo el equipo, a los más jóvenes y a uno mismo, que de repente estaba decaído. Siempre fue positivo, jamás negativo, que bajara los brazos o que llegara enojado a un entrenamiento. Nunca recriminó, pero sí corrigió. El siempre vio la parte positiva y como uno de los mayores del equipo, puedo decir que eso fue fundamental para el grupo, en los últimos partidos.
¿El gol del 2 a 1 en La Serena fue un desahogo?
-Tuve la fortuna de hacer el gol y la sensación era de que con ese gol nos salvábamos. Creía que algo iba a pasar en el otro partido, que nos permitiría seguir en la división. Y claro que fue un desahogo. Significó salir de todo lo vivido, una alegría, euforia y emoción, luego de estar tanto tiempo complicados y cuando muchos nos veían en Segunda División. Pero, teníamos algo que decir.
Fue un gol con dedicatoria, además...
-Claro, para todos los hinchas que sufrieron con nosotros. Yo entiendo la pasión del hincha, que de repente es exitista y también entendemos la frustración de quienes dejan de seguir al equipo cuando hay derrotas. Está dedicado a todos los hinchas, con la esperanza de que la próxima temporada sea muchísimo mejor, porque éste fue un año muy complicado también en lo administrativo, que al final es fundamental en un plantel. Que saquen tanta plata para pagar la cuota de incorporación, hace muy difícil competir de igual a igual con quienes ya están en la Primera B.
"cumplieron en todo"
En ese escenario, ¿cómo anduvieron las relaciones con la directiva durante el campeonato?
-No hubo problema alguno. Yo me saco el sombrero con la parte dirigencial, porque cumplieron con todo lo que le prometieron al equipo y a mí, en la parte personal. José Gandarillas y Martín Tupper siempre estuvieron cerca, a la mano para solucionar cualquier inquietud. Puedo decir que se portaron muy bien y se nota que tienen un gran compromiso con el equipo, pese a que son jóvenes y tienen cosas que aprender. Como se pudo, se sacó adelante la tarea y creo que ahora, se podrá hacer un equipo como para pelear el ascenso a Primera División.
Con raíces en canchas valdivianas
En el fútbol infantil valdiviano dio sus primeros pasos Dagoberto Currimilla. Alcanzó a jugar algunos partidos en el club Eladio Rojas de la población Yáñez Zavala, integró la Escuela de Fútbol de Masisa dirigida por Luis Marcoleta y luego la escuela Futgol, para pasar después a la Escuela de Fútbol de la Universidad Austral. Enseguida, emigró a las divisiones menores de Huachipato, donde desarrolló la carrera profesional que lo llevó al primer equipo, la selección chilena Sub-20, Santiago Morning, Unión Española y Deportes Valdivia.
"El profe Aravena nunca perdió la fe en nosotros, siempre pensó que íbamos a salir adelante".
Dagoberto Currimilla, Futbolista"